Lo que hoy se conoce como Alcázar de Jerez fue la alcazaba de la Šariš almohade, destinada a alojar y proteger al gobernador y sus gentes de confianza. Estaba situada en el extremo sur de la medina compartiendo parte de su muralla. Pese a ser, en comparación con las alcazabas de otras ciudades, de mucha menor extensión en relación a la de la medina, ha conservado muchos más elementos y de mayor entidad de la época almohade que las demás, si exceptuamos el caso de Sevilla. En el interior del recinto se conserva un conjunto residencial formado por una qubba con dos alcobas, un hammam y una pequeña mezquita de estructura muy original, además de un pozo para noria y diversas estructuras hidráulicas. La alcazaba tiene planta sensiblemente rectangular, con sus diagonales orientadas hacia los puntos cardinales. Tras la conquista de la ciudad por Alfonso X pasó a albergar a los tenientes que lo mantenían en nombre del rey. Rodrigo Ponce de León, Marqués de Cádiz, construye hacia 1470 la llamada torre del Homenaje en el ángulo oeste del recinto con amplios espacios interiores destinados a almacenes y residencia, y en el siglo XVIII la familia Villavicencio levantó un nuevo palacio en una zona central del recinto mientras gran parte de las estructuras medievales, especialmente las murallas, sufren una fuerte degradación y ruina.
Al igual que la muralla de la ciudad, este recinto está construido con tapia de argamasa de cal. Sus muros se reforzaban con doce torres de planta rectangular y una octogonal levantada en el vértice sur. El acceso a la alcazaba se realizaba a través de dos puertas, una de simple recodo situada en el frente noroeste que daba acceso a la medina y otra en el sudeste que permitía la salida hacia el exterior de la ciudad en caso de amenaza interna, y que presenta mayor complejidad.
La llamada puerta de la Ciudad, era originalmente una puerta con un simple recodo alojada dentro de una torre rectangular de pronunciado saliente que presenta en su frente noreste una protuberancia o torrecilla rectangular que protegía el ingreso. La puerta contaba con arcos provistos de hojas de cierre tanto hacia el exterior como hacia el interior. El exterior se orienta hacia el noreste y quedaba defendido, aparte de por la protuberancia antes citada, por otra torre situada a tan solo 6,55 m de distancia delimitando un espacio que más tarde se cerró creando un patio y disponiendo otra puerta más exterior orientada al noroeste. Dentro de la torre que alberga la puerta queda una sala cuadrada cubierta por una bóveda vaída y que cuenta con un espacio satélite en el lado noroeste cubierto con bóveda de cañón, y al que se accede por un amplio arco. A través de estos, en época cristiana, se abrió un paso directo rompiendo el muro frontal de la torre. Finalmente, la apertura de una nueva puerta monumental barroca en el lienzo inmediato por el oeste privó de su función original a la estructura islámica. El arco que da paso al interior de la alcazaba es de factura moderna; el exterior es de herradura de medio punto con las juntas de las dovelas convergentes a la línea de impostas y provisto de alfiz e impostas de mármol. Muchos de los paramentos, tanto exteriores como interiores de esta torre-puerta están revestidos con fábricas de mampostería de piedra y ladrillo, probablemente por obras de refuerzo y reperación. La torre ha perdido sin duda gran parte de su altura original.
La puerta del Campo, que permitía la salida hacia el exterior de la ciudad, es de estructura más compleja contando con tres recodos. Está ubicada al amparo de una torre cuadrada en la que se produce un quiebro de la muralla del frente sureste. A la espalda de esta torre existe otro cuerpo de menor altura entre los cuales de abre un estrecho paso de tan solo 1,75 m de ancho que presenta un primer recodo, a apenas 1,70 me distancia, girando hacia la derecha. La primera parte de este primer tramo se cubre con una bóveda de cañón. La zona del ángulo posee otra bóveda similar a mayor altura y con un hueco circular en su centro a modo de buhedera. Un arco de medio punto sin resalte en las jambas da paso al siguiente tramo que carece de cubrición y que conformaba una verdadera buhedera que permitía a los defensores hostigar desde la terraza a quien se aventurara a entrar en este pasadizo. Al final de este segundo tramo hay otro giro a la derecha, en donde se intuye que estaba el arco de la puerta propiamente dicha. Nada queda del arco ni de sus jambas, pero discontinuidades en los aparejos y la forma de la cubrición de esta zona que mantiene prácticamente la solución original solo que a mayor altura y con fábrica de menor calidad, permiten conjeturar que así fue. Tras la puerta hay otro tramo de pasadizo cubierto también con bóveda de cañón. En este tramo se abría hacia la izquierda la puerta de paso al interior de la alcazaba que ha desaparecido al abrirse en su lugar un gran arco que formaba parte de una reforma posterior. Con ella se abrió un paso directo de entrada que comprendía la apertura de otro arco en el muro frontero que, aunque actualmente macizado, resulta visible en las dos caras del muro. El hecho de que el arco actual de paso al interior sea un arco de ladrillo tabicado prueba que esta reforma es de época muy avanzada, seguramente posterior al siglo XVII. Más difícil es dar una cronología del conjunto de la puerta pues presenta una gran variedad de aparejos, sobre todo de fábrica mixta de piedra y ladrillo, que hacen difícil aceptar que sea obra islámica, aunque puedieran obedecer a operaciones de reparación y refuerzo de una obra anterior.
Del conjunto de las murallas del recinto de la alcazaba hay que decir que la totalidad del frente noroeste ha desparecido, aunque restos de sus torres y lienzos han sido identificados en sondeos arqueológicos. En el frente noroeste solo se conserva parte de la muralla contigua a la puerta de la Ciudad y otro fragmento junto a la torre del ángulo oeste. Posiblemente se conserve parte de una torre intermedia en lo que hoy aparece como una torre exterior del palacio barroco, aunque está completamente revestida. Del frente suroeste se conserva aproximadamente la mitad habiendo desaparecido una torre intermedia y quedando otra maciza con su terraza a la altura de los adarves. En el frente sureste subsiste la puerta del Campo con su torre adjunta y el arranque de las cortinas inmediatas, y la torre octogonal del ángulo sur del recinto, también con lienzos de muralla adosados.
Esta torre octogonal es sin duda uno de los elementos más interesantes del recinto defensivo. Su planta se inscribe en un círculo de 8 m de diámetro y queda conectada a la muralla mediante un cuerpo que se le adhiere ocultando la parte baja de dos de sus caras, dándole caracter de torre albarrana. La torre es maciza hasta la altura de los adarves de la muralla. En ese lugar hay una puerta en su cara norte que da paso a un espacio interior ocupado por una gran escalera de caracol que sube rodeando un grueso pilar central, también octogonal, de 1,80 m entre vértices opuestos. En los ángulos internos del muro exterior hay pilastras rectangulares que sirven de apoyo a arcos de medio punto dispuestos radialmente que limitan plementos triangulares de sección semicircular. La escalera sube girando en el sentido anti horario y presenta aspilleras cuya situación asciende al compás de esta.
La torre es de fábrica de tapia aunque en su parte inferior las esquinas son de ladrillo formando enjarjes con los cajones. Los cajones más bajos tienen verdugadas de ladrillo. A la altura del adarve de la muralla corre una imposta de ladrillo en ligero resalte que se repite tres veces más en la parte superior. Una imposta recorre la base de las almenas y otras dos bordean una banda en la que se disponen arquillos ciegos de medio punto, cuatro por cara. Entre la primera y la segunda imposta aparecen las aspilleras, una por cara y a distintas alturas según se adaptan a los niveles de la escalera.
La torre del vértice oeste del recinto de la alcazaba es de planta rectangular y a ella acometen, además de las cortinas de los frentes noroeste y suroeste de este recinto, la muralla suroeste de la ciudad de la que aún puede verse un vestigio en la cara noroeste. Como es habitual, la torre, que está construida con fábrica de tapia de hormigón de cal, es maciza hasta la altura que tuvieron los adarves de la muralla. Al haberse construido por la parte interior del recinto la llamada torre del homenaje, de mayor altura que la torre almohade, los antiguos accesos a la cámara de la torre desde los caminos de ronda se han convertido en dos pasajes, uno sin salida y otro que comunica con el piso alto del edificio más tardío. Por este último se accede hoy al espacio interior del cuerpo almohade que está compuesto por dos ámbitos. Uno de planta cuadrada cubierto por una bóveda vaída, y otro, en el que se abren los pasajes antes mencionados, que contiene la escalera de subida a la terraza. La comunicación entre estos dos ámbitos se hace a través de un gran arco de medio punto cuya luz solo es ligeramente menor que la anchura de aquellos. Sendas aspilleras se disponen en tres de los frentes de la torre accesibles desde el ámbito cuadrado. La torre se corona con almenas de remate piramidal semejantes a las que tiene la torre del Homenaje que alcanza mayor altura que la almohade.
Antonio Almagro