La puerta principal del recinto almohade de Rabat, conocida como Bab al-Ruwah o “puerta del viento” se encuentra situada en la zona central del largo frente de más de tres kilómetros que conformaba el límite occidental de la ciudad. Esta construcción constituye un verdadero bastión autónomo con una compleja estructura interna y dotado de puertas en los dos frentes, tanto el exterior que daba al campo como el que da a la ciudad, lo que le permitía convertirse en verdadera fortaleza con capacidad de resistir incluso a ataques provenientes del interior del recinto urbano. El edificio se inscribe en un rectángulo de 28 m de frente por 26,86 de profundidad, sobresaliendo 15 m respecto a la muralla por la parte exterior de la ciudad y solo 9,35 por la interior. La puerta de acceso del frente occidental que daba hacia el campo, se abre en el fondo de un receso de 13, 25 m de ancho y 4,95 de profundidad que queda flanqueado por dos torres salientes de 7,37 m de anchura. El frente interno del bastión carece de torres o resaltes importantes.
Esta construcción está toda ella realizada con la piedra local, una arenisca calcarenita presente en toda la costa atlántica de Marruecos, salvo las bóvedas que, según describe Jacques Caillé, son de ladrillo. En las dos portadas del bastión y en los arcos interiores se han usado sillares muy bien labrados y aparejados que confieren al conjunto un aspecto de obra de gran calidad. Las dos torres que flanquean el acceso exterior están construidas con sillarejo de la misma piedra, aunque de peor calidad y con una labra más tosca. Para disimular las imperfecciones de las juntas, estas se han tratado mediante finas cintas en relieve que le dan aspecto de regularidad, mientras los paños del frente oriental que acompañan a la puerta que mira al interior de la ciudad son de mampostería irregular. En los muros laterales norte y sur se utilizó fábrica de tapia. Un distinto aparejo, con hiladas más estrechas, remarca las esquinas. En varios alzados de las dos torres de flanqueo existen distintos motivos decorativos realizados a partir de las cintas de las juntas que se entrecruzan y adoptan diferentes formas geométricas, en uno de los casos recercando un epígrafe.
El frente en que se abre la puerta exterior presenta tres sucesivos retalles. En los extremos a causa de sendas pilastras dispuestas en los ángulos entre el frente y las torres, y que suben hasta el remate de la construcción, aunque en su parte superior poseen columnas adosadas soportadas por ménsulas con forma de conchas. Estas columnas poseen basas áticas de escocia muy desarrollada y capiteles formados por una corona de hojas de acanto muy estilizadas que anuncian la forma del cuerpo cilíndrico con ondas característicos de los capiteles nazaríes y meriníes, y un cuerpo superior con decoración de volutas vegetales y hojas de palma, clara transición entre los capiteles de raigambre clásica y los antes mencionados de momentos posteriores. Las columnas se rematan con otra ménsula en forma de nacela por encima de la cual no se conservan otras estructuras, pero que recuerdan los remates extremos de los aleros que cubren ciertas portadas.
Dos nuevos retalles se producen en la base de dos arquivoltas. La primera o más externa está constituida por un arco lobulado con 33 arquillos que arranca de unas sencillas impostas con forma de nacela y está trasdosado por una decoración formada por una cinta entrelazada de recorrido curvilíneo que trasdosa los arquillos y forma nudos en la línea del trasdós. Un gran alfiz rectangular se inicia en las impostas y enmarca las albanegas totalmente rellenas de ataurique formado por hojas de palma que surgen de tallos que se enrollan en una fina y elegante composición, sin duda una de las más sobresalientes del arte almohade. En el centro de cada albanega se dispone una gran venera. El alfiz está bordeado por una amplia banda epigráfica con dos tramos verticales y uno horizontal en la que mediante una elegante caligrafía kúfica se reproducen versos coránicos con claras alusiones a los principios del movimiento almohade.
La siguiente arquivolta está formada por la típica superposición de arquillos más grandes enlazados con otros menores que generan un perfil alternado de lóbulos circulares mayores y otros apuntados de menor anchura. Los frentes de estos arquillos están formados por cintas que se entrecruzan y vuelven a formar nudos circulares en la línea del trasdós, que forma un pequeño retalle fuera del cual se forma un dovelado radial cuyas juntas obedecen a un perfil curvilíneo que les da carácter de dovelaje engatillado. Las dovelas son alternativamente salientes o entrantes, coincidiendo cada una de las primeras con un lóbulo de la arquivolta más exterior. Los lóbulos de esta arquivolta arrancan también de sencillas nacelas sobre las que apoya un motivo de doble voluta al que algunos autores dan el calificativo de serpentiforme, aunque cuando se analizan elementos de este tipo bien tallados y con un estado de conservación suficientemente bueno, puede apreciarse que las formas utilizadas son siempre de carácter e inspiración vegetal.
Dentro de esta arquivolta hay un paramento liso constituido por las jambas y el arco de la puerta propiamente dicha. El arco de esta es ligeramente apuntado, formado por dovelas de juntas convergentes a la línea de impostas. Estas han desaparecido, aunque cabe suponer que serían similares a las de las arquivoltas y conformarían un diseño de herradura. El arco original de la puerta tenía una luz de 4,12 m y una altura hasta la clave de 6.27 m, dimensiones realmente imponentes para este tipo de construcción. En algún momento tardío la puerta fue reformada reduciendo sus dimensiones, sobre todo su altura. Esta obra se hizo con sillería más tosca y seguramente, para facilitar el encaje de la nueva fábrica, se eliminó la parte convergente del arco original y sus impostas. El nuevo arco tiene también perfil ligeramente apuntado pero sin forma de herradura reduciendo su tamaño a 3,30 m de ancho por 4,50 de altura. La fábrica de esta reforma se retranquea unos 5 cm respecto de la original y la mocheta de la puerta resulta bastante más gruesa, con 0,70 m frente a los 0,50 de la primitiva.
El interior de esta construcción se puede considerar que está integrado por seis sectores o ámbitos de forma cuadrada intercomunicados por arcos de distintas dimensiones. Los cuatro ámbitos del lado izquierdo o septentrional conforman el itinerario que permite el acceso desde el exterior al interior de la ciudad, mientras que los dos del lado derecho o meridional albergaban habitaciones y estructuras de servicio, aunque hoy están unificados en un único espacio. De este modo, el acceso a través de los cuatro espacios del sector norte debía hacerse realizando cuatro giros sucesivos, primero hacia la izquierda, luego dos hacia la derecha y finalmente otro a la izquierda lo que impedía una entrada en tropel. Cada uno de estos sectores está ocupado por una sala de dimensiones muy semejantes, aunque con distintas soluciones de cubrición.
El primero de los ámbitos que hace de primer vestíbulo es una sala de planta cuadrada con arcos en todos sus lados, de comunicación en los lados norte y oeste y cerrados por muros en los otros dos, aunque en el frente sur se abre una puerta de menores dimensiones. A este espacio se accede desde el exterior de la puerta y de la ciudad por un doble arco que deja un espacio intermedio cubierto por bóveda de cañón y dentro del cual giraban las hojas de madera que permitían cerrar el primero de los arcos. Las hojas, cuando la puerta estaba abierta quedaban enrasadas entre las jambas de ambos arcos en la disposición típica de estos elementos en la arquitectura islámica occidental. El primer vestíbulo se cubre con una cúpula gallonada de 16 gajos que se apoya en un perímetro octogonal que se logra con cuatro trompas formadas por medias bóvedas de arista que en el rincón se apoyan en columnillas sostenidas por ménsulas. Una imposta saliente sirve de apoyo a la base de los gallones constituida por un plano en voladizo con perfil lobulado. Las roscas de los arcos, de cantería, quedan vistas mientras el resto de la fábrica está recubierto por un enlucido blanco.
En el lado derecho o meridional de esta sala hay una puerta que hoy da acceso a un espacio que ocupa toda la zona sur de la construcción pero que originalmente, a juzgar por la planta que publicó Jacques Caillé en 1949, estuvo subdividido en varios espacios de servicio. En concreto esta puerta daba acceso a una habitación que serviría de cuerpo de guardia, la cual tenía otra habitación anexa y se prolongaba dentro de la torre meridional que flanquea la puerta exterior.
En el lado izquierdo del primer vestíbulo, un gran arco da paso a otro ámbito de similar forma y dimensión, pero cuya cubrición se hace con una bóveda vaída. Otro gran arco en el lado este de este segundo vestíbulo da paso al tercer espacio de similar planta, que en este caso no tuvo originalmente ninguna cubrición, tratándose por tanto de un patio que permitía a los defensores del bastión de la puerta hostigar desde la terraza a los atacantes que hubieran podido franquear la primera de sus puertas. En su lado norte, una pequeña puerta da acceso a un estrecho corredor alojado en el espesor del muro que por el lado oriental permite llegar a una aspillera mientras por el oeste conduce al espacio interior de la torre septentrional de flanqueo de la puerta que hoy aloja una escalera para acceder a la terraza.
El siguiente espacio al sur del anterior tiene igual planta y dimensiones y se cubre de nuevo con una bóveda vaída. En su lado oriental se abre la puerta por la que se llegaba al interior de la ciudad que repite forma y dimensiones de la exterior. En este caso la puerta no fue reformada y mantiene sus dimensiones originales: 4,13 m de ancho y 6,13 de altura. Dispone de doble arco con los espacios a cada lado entre sus jambas para alojar enrasadas las hojas de cierre de la puerta cuando esta estaba abierta.
En su lado meridional actualmente un gran arco comunica con el espacio que resultó de la demolición realizada en esta zona del interior del bastión que hizo desaparecer la escalera de subida a la terraza y las habitaciones del cuerpo de guardia. Hoy, todo esto es una gran sala cubierta con una estructura metálica y vidrio, semejante a la dispuesta en el patio o tercer ámbito del recorrido de acceso. Los planos de Caillé muestran que este arco estuvo originalmente cerrado por un muro con una puerta en su centro que daba acceso a una escalera de planta cuadrada que subía girando en torno a un machón central macizo. Según dichos planos, existía una cámara superior con dos habitaciones sobre el machón central de la escalera y la habitación más interna del cuerpo de guardia, a la que se accedía por la escalera antes de alcanzar la terraza. Estas habitaciones pudieron estar destinadas al alojamiento del alcaide o persona al cargo de la seguridad y defensa de la puerta. Nada de esto ha pervivido tras la intervención realizada para adaptar el bastión como sala de exposiciones de arte en fecha que desconocemos, aunque reciente.
La puerta del bastión que daba paso a la medina presenta un frente exterior también decorado, aunque en este caso la ornamentación esculpida parece que no llegó a ultimarse completamente, mostrando que la mayor parte de la decoración se realizaba in situ con la sillería ya completamente aparejada. El frente del bastión en su cara oriental es prácticamente rectilíneo presentando sólo el saliente de las dos pilastras que enmarcan la portada y otro retalle correspondiente a una arquivolta que enmarca el arco de la puerta. Como en el frente principal, las dos pilastras que enmarcan la portada tienen en su parte superior dos columnas apoyadas en ménsulas con basas y capiteles similares a las del frente exterior, aunque en este lado no se conserva nada de la posible ménsula en nacela.
El arco de la puerta es en este lado también con frente liso conservándose completas las impostas con la prolongación propia del arco de herradura. Las juntas del dovelaje confluyen a puntos de la línea de impostas. Este arco queda enmarcado por una arquivolta formada por un arco lobulado constituido por 23 arquillos circulares. El arranque de este arco se realiza sobre unas sencillas nacelas en las que apoyan las ya mencionadas dobles volutas tan características del arte almohade. Los lóbulos están enmarcados por cintas que se entrecruzan formando nudos junto a la línea del trasdós. El relieve de este entrelazado es muy suave y a veces apenas perceptible y en la parte superior del arco inexistente. Esto crea la duda de si esa zona ha sido objeto de alguna intervención de restauración o si esta decoración quedó inconclusa.
Las albanegas que quedan entre el trasdós del arco lobulado y el alfiz que ahora describiremos están lisas en su mayor parte, presentando solo un motivo geométrico de forma circular lobulado formado por ocho arcos ultra-semicirculares. Arco, arquivolta y albanegas quedan recercados por una amplia banda decorativa, a modo de alfiz, rellena de una trama de sebka de trazado geométrico, aunque con apéndices tomados de formas vegetales. Esta sebka arranca de dos arcos ciegos lobulados situados a ambos lados de la composición. Toda la decoración de esta portada queda rematada por una sencilla cornisa en forma de nacela.
Esta gran puerta monumental, sin duda concebida como la principal de la ciudad, constituye, junto con las de las qasba-s de la propia Rabat y de Marrakech, una de las máximas expresiones del arte almohade. Esta es sin duda la de configuración interna más compleja con recorrido de cuádruple recodo, lo que aumentaba considerablemente sus propiedades defensivas. Sin embargo, el descomunal tamaño de los huecos de acceso (recordemos que el del exterior fue reformado posteriormente para reducir sus dimensiones) constituía sin duda un peligro por la magnitud de las hojas necesarias para cerrarlos. Esto hace pensar que la motivación principal de esta puerta monumental no fue tanto la defensa cuanto la propaganda, acentuada por la enorme inscripción con que se decoró. El primer ámbito interno, con su cúpula gallonada era de hecho un espacio protocolario en el que poder desarrollar funciones de acogida y recepción de visitantes o incluso de administración de justicia, algo que solía realizarse con frecuencia en las puertas de ciudades y palacios.
Antonio Almagro