Este solar de 1600 m2 muestra un panorama parecido al de la plaza de la Encarnación. Destaca por un mejor estado de conservación general de las fases almohades, lo que ha permitido analizar de manera precisa cuestiones relativas al uso del agua a nivel doméstico, pero también del vecindario.

La fase más antigua se data en los siglos X-XI. Aunque está muy afectada por las edificaciones andalusíes posteriores, se reconoce al menos una casa de tamaño significativo muy bien construida con muros de argamasa enlucidos. Un edificio posterior (siglo XI-primera mitad del s. XII), aunque reaprovecha algunas estructuras y mantiene alineaciones y orientación, elimina la casa anterior. La planta es cuadrangular, organizada en base a un patio central de andenes y crujías laterales. Igualmente, es derruida y amortizada durante el período almohade, según una gran operación de urbanización que supuso la remodelación y reorganización urbana de toda el área.

Esta operación, interpretada como parte de un programa estatal, se formaliza en torno a espacios abiertos al norte y este del solar. Se han excavado, al menos, ocho viviendas que se organizan interiormente a partir de patios con andén y jardín. En el centro del solar sobresale un gran jardín deprimido con andenes y alberca al norte.

Por su excelente estado de conservación, destaca la casa situada en la medianera sur del solar. Este espacio doméstico se encuentra formalizado por dos líneas de fachada (la norte y la oeste) que dan a calles/adarves (uno de ellos con atarjea), presentando en su estructura arquitectónica interna un patio con andenes a partir del cual se organizan las distintas estancias del edificio. De planta cuadrangular, el patio cuenta con una pileta alargada a ras del andén, solada con ladrillo. Todo el jardín está rodeado a nivel de los andenes por un canal abierto. En el lateral este del patio destaca un brocal de pozo con decoración epigráfica.

A partir del patio se distribuyen las distintas estancias. En la crujía norte se ubica el salón principal solado con losas de cerámica y al que se accede a través de un vano de entrada que en origen debió funcionar con una bífora que posteriormente sería reformada configurando una sola puerta de dos hojas. En el extremo este hay una alhanía elevada del resto, con una pequeña repisa. La crujía oeste funciona con dos espacios bien diferenciados. En la esquina noroeste y zona central, desde el patio se accede a una estancia rectangular con pavimento de cal, mientras que en la esquina suroeste se localizan dos letrinas también accesibles en recodo desde el patio. En este punto se localiza la entrada a la casa desde un adarve orientado norte-sur.

Durante los siglos XIV-XV toda la zona es convertida en zona de huertas que perviven durante siglos.

Álvaro Jiménez

• Información inédita facilitada generosamente por Jacobo Vázquez Paz