Esta pequeña mezquita de barrio fue descubierta en el transcurso de la investigación, dirigida por Diego Oliva Alonso en 2012, en el contexto del “Proyecto Básico y de Ejecución de la restauración de la Iglesia de Santa María La Blanca de Sevilla. Fase 2”. El mencionado proyecto tuvo como objetivo la sustitución de la solería de la iglesia, la construcción de una zanja subterránea perimetral para instalaciones y la restauración de los zócalos de azulejos.

En dicha investigación de detectó una primera fase de ocupación anterior a la mezquita, fechable entre los siglos XI-XII. Los elementos pertenecientes a esta primera fase son muros de aparejo mixto y barro revestido con zócalo pintado en blanco y almagra. Sólo es posible interpretar este contexto con un ámbito doméstico fechado en el siglo XI. En este contexto, el parcelario está definido claramente, determinado con seguridad por la calle que se ha perpetuado hasta hoy.

La segunda fase corresponde a la mezquita cuya cronología se extiende desde el siglo XII hasta 1252. Manteniendo la misma orientación y alineación anterior se construyó un edificio cuadrado de 12.60 m de lado, interpretado como una mezquita de barrio. En alzado se conservan el muro oeste, donde destaca el vano principal configurado como un arco de herradura con alfiz, de 2.55 m de ancho, que hoy sólo es reconocible por la cara exterior. También se conserva el muro sur, con fachada a la calle Santa María La Blanca, aunque aparece muy afectado por otros vanos (puerta principal, capilla bautismal y despacho parroquial). El mihrab es de planta rectangular de 1.20 x 1.05 m.

Los muros de la mezquita están construidos con aparejo mixto de ladrillo y sillarejos de piedra alcoriza. Presentan un mortero de cal muy bueno. La anchura es de 53 cm. Los cimientos se construyeron directamente sobre los rellenos y muros del contexto doméstico anterior.

El lugar exacto donde estarían los soportes de los arcos que configurarían las naves no ha podido ser documentado. Sin embargo, a ambos lados de la puerta principal se conservan dos sillares que soportarían pilastras o fustes que marcarían sendas arquerías. Por tanto, la mezquita tendría tres naves perpendiculares al muro de la qibla, siendo la central de 3.75 m y las laterales de 3.50 m de anchura. El número de arcos variaría entre 4 ó 6 soportes.

Se orienta con bastante precisión a La Meca. Esta anomalía en la pauta general de orientación de las mezquitas peninsulares se debe sin duda a que la orientación del urbanismo existente es casualmente coincidente con la dirección a La Meca.

Respecto a otros elementos de la mezquita, como el alminar, desconocemos si lo tuvo. En relación al sahn, podemos interpretar que el patio de la casa parroquial y la barreduela que existió con anterioridad indicarían la existencia del mismo, aunque no tenemos datos concluyentes.

Tras 1248 la mezquita se convierte en sinagoga. No es posible reconocer con claridad alguna huella de las operaciones de adaptación al nuevo rito que forzosamente hubieron de realizarse. A mediados del siglo XIV se derribó en parte el edificio previo y se construyó una nueva sinagoga, manteniendo el muro sur y oeste.

Alvaro Jiménez Sancho