Posiblemente este castillo se trataría de una fortaleza o qal‛a, situada estratégicamente para controlar uno de los accesos occidentales al valle de Segura desde los collados de las Cumbres de Beas. También podría haber sido un ḥiṣn o castillo rural, posible refugio a la población de las alquerías de Valdemarín y Catena, distantes del castillo 850 m y 2169 m, respectivamente. El emplazamiento de la Espinareda, situado enfrente a Segura de la Sierra y su fortaleza (1225 m s.n.m.), constituye un magnífico punto de observación transversal del valle segureño; desde su posición también se divisan las montañas de Peñalta y El Yelmo, la cumbre más alta de la comarca (1808 m s.n.m.).
El Castillo de la Espinareda forma parte de un articulado sistema de estructuras hispano-musulmanas, construidas durante el siglo XII, de las que aún se conservan más de cuarenta vestigios en el valle de los ríos Trujala, Hornos y Guadalimar. Un conjunto patrimonial que dibuja un excepcional paisaje antropizado en el interior de la Sierra de Segura, al Noreste de la provincia de Jaén. Se trata de un territorio que perteneció al ʿamal Šaqūra, antigua amelía o distrito andalusí perteneciente a la cora de Jaén y cuyo ámbito de influencia fueron las cuencas altas de los ríos Segura, Guadalimar y Guadalquivir. Este territorio serrano fue ocupado por los almorávides en el año 483/1091 y, posteriormente, por los almohades en el año 564/1169.
El emplazamiento de este asentamiento tiene una serie de pautas y características que lo hacen adecuado para albergar una infraestructura de carácter militar o defensivo. En la Sierra de Segura, estos lugares defensivos normalmente aparecen en sitios escarpados, con una pendiente mayor de 35º y una altitud relativa por encima del 65%. No tienen nunca a su alrededor terrenos que sean fácilmente cultivables. Debido a sus pequeñas dimensiones y/o a las difíciles condiciones del entorno, no serían lugares que albergaran núcleos habitacionales y/o productivos permanentes. El abastecimiento de agua potable estaría ligado a la extracción de aguas subterráneas a través de pozos, cisternas o aljibes y no tanto a la red fluvial en superficie. En el territorio serrano giennense, la separación de los diferentes asentamientos a las aguas subterráneas es menor que la distancia que hay respecto a los torrentes o aguas superficiales. La distancia media a los acuíferos está entre 220 y 500 m. Es decir, todos los enclaves están relativamente más cerca de las aguas subterráneas que de los ríos o arroyos. A esta categoría de asentamiento militar pertenecerían los siguientes tipos de infraestructuras defensivas: castillos rurales (ḥuṣūn), peñas fortificadas (ṣaḫrāt), fortines (maʿāqil) o fortalezas (qilā‛). En el valle de la Sierra de Segura, este patrón de asentamiento descrito es común a la fortaleza de Segura, Espinareda y Góntar (Segura de la Sierra), al Cerro de la Atalaya y Peñón de Utrero (Orcera), a la Torrecilla y La Yedra (Torres de Albanchez), a Morles, Puente Honda, Tasca y Peñafleita (Siles).
En la ladera Oeste del monte de la Espinareda hay dispersos numerosos restos y ruinas de muros construidos con hormigón de cal, que parecen edificaciones asociadas al asentamiento fortificado. El antiguo castillo o fortaleza está completamente en ruinas. Los lienzos de muralla que se conservan están muy fragmentados con diferentes longitudes y dimensiones. El mayor lienzo alcanza los 23 m de longitud y tiene aproximadamente unos 5,35 m de altura. En este lienzo aún se conservan algunos merlones visibles.
El trazado en planta de recinto amurallado se adapta a la morfología del cerro. Se aprecian hasta tres recintos murados concéntricos con una planta, más o menos, triangular que envuelve al monte y complementa las defensas naturales de las peñas. El recinto exterior encierra una superficie aproximada de unos 2.002 m2, el interior y más alto alcanza una superficie de 371 m2. En la parte superior quedan restos de dos aljibes, uno de 4,2 x 2,05 m y una profundidad de 3 m. El otro depósito es más pequeño, tiene 2,35 x 0,95 m y una profundidad de 1,50 m.
A diferencia del resto de fortificaciones del valle de Segura, la técnica constructiva de esta fortaleza es mixta. Sus fábricas están ejecutadas con muros de calicanto de un espesor medio de 90 cm y están encofradas con tapiales. La altura del cajón de tapial varía entre los 65 y los 70 cm. Este cambio de técnica constructiva podría ser debido a las dificultades constructivas que conllevaría ejecutar una fábrica de tapia en un lugar muy escarpado con abundantes rocas y piedras; otro factor podría haber sido la carencia de tierra adecuada para la tapia en este lugar.
El conocimiento adquirido sobre esta castillo de la Espinareda ha sido posible gracias a los trabajos llevados a cabo en el #ProyectoSegura (HAR2014-53866-R), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Una investigación que ha permitido extraer datos inéditos de quince asentamientos rurales hispano-musulmanes con restos de torres, castillos o infraestructuras hidráulicas y obtener resultados relativos a su cronología, tipología, morfología, sistemas constructivos o implantación en el territorio.
Santiago Quesada-García (Universidad de Sevilla)