La puerta principal de la ciudad costera fundada por el califa fatimí Abdullah al-Mahdi Billah, en el año 913, se ha venido considerando obra fatimí, buscando el paralelismo de sus torres ochavadas en el palacio omeya de Qasr al-Mušatta, en Jordania. Sin embargo, la noticia que nos proporciona la obra Rawḍ al-Qirṭās de Ibn Abi Zahr de que "Este Abu-l-Ala es el que construyó las dos torres de la puerta de al-Mahdiya y la fortificó; también edificó la Torre del Oro en Sevilla cuando gobernó esta ciudad en tiempo de su padre", obliga a reconsiderar la hipótesis previa y a analizar con detenimiento este edificio.

La estructura de esta puerta está formada por dos grandes torres de frente ochavado, unidas por un lienzo de muralla de la misma altura, en cuya base se abra el arco que da paso a un largo corredor recto, con nichos en sus lados y que termina en otro arco por el que se sale al interior de la medina. Este corredor está cubierto por una bóveda de cañón reforzada con arcos fajones y en cuyo tramo central se abre una pequeña linterna rematada con bóveda de arista que proporciona algo de luz al interior. Analizando la sección de esta construcción, destaca notablemente la altura del cuerpo frontal respecto del resto, ya que esta cuenta además con un piso alto. Si analizamos por otro lado la parte inicial del corredor interior de la puerta, vemos en primer lugar que no tiene nichos con bancos como sucede más adelante. Tras la mocheta del arco exterior, hay a ambos lados un paramente liso de mampostería de piedra menuda irregular. A unos 6,80 m, en el lado izquierdo, se aprecia una especie de pilastra de sillería embebida en la fábrica, que forma una mocheta y que en la parte superior se convierte en un arco que está en parte también embebido en la bóveda. Tras la mocheta, el paramento es de sillería de piedras bastante grandes.

Esta discontinuidad marca sin duda dos fases constructivas que pueden interpretarse como la construcción almohade, en la parte inicial del recorrido, y la construcción fatimí. La primera comprendería las dos torres de frente ochavado y la puerta actual, incluyendo el piso alto, que se habrían superpuesto por delante de la antigua puerta fatimí de menor altura, que tendría su arco de entrada hoy embebido en la fábrica añadida y que comprendería todo el corredor que hay a continuación. Del arco de entrada de la puerta fatimí quedaría parte de su jamba izquierda y de su rosca formando parte de la pilastra antes mencionada.

Los paralelos de la forma ochavada de las torres no hay, por tanto, que buscarlos en lo omeya de Jordania sino en las construcciones almohades de planta poligonal, especialmente en las torres albarranas como la del Oro de Sevilla o la de Espantaperros de Badajoz, pero muy especialmente en la Bab al-Had y en la otra puerta simétrica que se descubre dentro del actual palacio real, en el recinto de Rabat, que tienen sus torres con forma similar.

Antonio Almagro

• Ibn Abi Zahr, Rawd al-Qirtas, trad. de A. Huici Miranda, Valencia, 1964, II, p. 471.
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• Georges Marçais, L'Architeture musulmane d'occident : Tunisie, Algérie, Maroc, Espagne et Sicile.Paris, Arts et Métiers Graphiques 1954.