Puerta del Agua

Bāb Ŷahwar

Población: Sevilla
Provincia: Sevilla
País: España
Coordenadas geográficas: 37.384000 / -5.990365
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: 323f


La llamada puerta del Agua del recinto amurallado de Sevilla es un postigo situado en la zona sur de su perímetro junto a la torre del mismo nombre que constituye el ángulo sureste del recinto más antiguo del Alcázar. Su presencia urbana es mínima pues las viviendas prácticamente la ocultan casi por completo, segregándola de las cuatro murallas que concurren en sus inmediaciones. La cara sur, la de extramuros, mira a los jardines del Alcázar y aparece en una cota bastante baja respecto a aquellos, de manera que hay que bajar escalones para llegar a su base; su apariencia es la de un paramento liso donde destaca un arco de herradura.

La cara norte, la de intramuros, hacia la que entablan sus hojas de madera modernas, es de apariencia muy distinta; está situada en el extremo sur de vía peatonal denominada callejón de la Judería, flanqueada por dos hileras de casas pequeñas que la enmarcan y agobian. La mole de la torre es lo único que vincula las dos caras de este paso, que funcionaba como pareja del postigo del Atambor, ubicado en el otro extremo del mismo callejón.

Un hecho que cuesta trabajo advertir es que está situada al final de los llamados Caños de Carmona, conducciones entubadas que transformaron el muro general de la medina en un acueducto cuya finalidad primigenia fue sumistrar el Alcázar, según el relato de la parte conservada del relato titulado  al-Mann bi-l-imāma calà l-mustaḏcafīna bi-an ŷacala-hum Allāh a’imma wa-ŷacala-hum al-wāriṯīn wa-ẓuhūr al-imām Mahdī al-muwahhidīn del cronista almohade  cAbd al-Malik b. Muḥammad b. Ṣāḥib al-Ṣalāt (fl. 1159-1198):

«Fue [a la puerta de Carmona] al-Hayy Yacis, el ingeniero, y cavó alrededor de los vestigios mencionados, y he aquí que apareció la traza de un acueducto, por el que se conducía el agua antiguamente a Sevilla [...]. Niveló la tierra desde este sitio, y condujo el agua por el terreno nivelado hasta la Buhayra citada. Se alegró con ésto el Amir al-Mu/minin, y luego mandó conducirla y llevarla al interior de Sevilla, a los palacios, para bebida y comodidad de la gente con su más perfecta generosidad, con acabada ingeniería y disposición. Mandó construir un depósito para el agua dentro de Sevilla en la calle Mayor; se llevó allí el agua el sábado, 15 de Yumada al-ajira del año 567 (13 febrero 1172)».

El nombre antiguo de esta puerta, Bāb Ŷahwar, lo estableció el mismo autor cuando expuso un resumen de alguno de los logros del segundo califa almohade, entre los años 1163 y 1184:

«Construyó su alcazaba hasta la mitad, cimentándola hasta el agua. Edificó las rampas cubiertas de las puertas de Sevilla, por el lado del rio, en prevención de la corriente, que se desbordaba sobre ella. Labró la alcazaba interior y la exterior en las afueras de la puerta de al-Kuhl y los palacios nobles fuera de la puerta de Yahwar y los puentes alrededor de la ciudad por todas partes».

La puerta, defendida directamente por la gran torre adyacente, es de acceso frontal, directo, aunque en época almohade se le agregó una barbacana que probablemente formó algún revellín, como en el postigo del Aceite; es de estructura muy simple. Presenta por el exterior un arco de herradura apuntada de 3,02 m de luz, recercado por un sencillo alfiz que marca el plano rehundido del arco, todo hecho con ladrillo. Unas sencillas impostas de piedra le sirven de arranque. En la parte superior el alfiz muestra restos de un enmarque de fábrica. El arco está enjarjado hasta la mitad de la flecha y luego tiene un desarrollo radial con centro en la línea de impostas. En realidad, este arco no define el hueco de paso, sino que le sirve de marco, pues el vano propiamente dicho es rectangular, con dintel horizontal y de 2,00 m de ancho. El muro que cierra el arco y conforma la puerta está ligeramente retranqueado respecto al plano del arco y se encuentra enfoscado.

Debido a la sobreelevación que ha sufrido el terreno, esta puerta solo tiene en la actualidad 2,90 m de altura, pero en origen alcazaba los 4 m según puede verse en la excavación realizada junto a su jamba oeste hasta llegar al paramento de la torre. Los resultados de la excavación fueron muy complejos destacando estos procesos fundamentales:

Proceso I: la torre del Agua tiene «fecha tardocalifal o abbadita inicial».

Proceso II: edificio taifa o almorávide adosado a la torre del Agua.

Proceso III: construcción de la muralla almorávide.

Proceso IV: amurallamiento almohade, consistente en cinco eventos, escalonados entre 1147 y 1212.

En nuestra opinión, por su forma sencilla, la puerta es de difícil datación salvo per el hecho de ser anterior al acueducto y por tanto al año 1172. Si se tiene en cuenta que la traída del agua primero abasteció a la almunia de la Buhayra y que solo después se trajo hasta el Alcázar y la ciudad y considerando que su función principal pudo ser, junto con el postigo del Atambor, facilitar el acceso desde el Alcázar a la finca periurbana, se podría considerar que su construcción es ligeramente anterior a ese año, aunque tampoco podría descartarse que perteneciera a la primera fase de la muralla almorávide, acreditada por la excavación.

Tras el arco está el espacio destinado al giro de los portones que quedaba delimitado por las jambas y el dintel de otro vano gemelo y paralelo al exterior, de modo que las hojas de carpintería, cuando estaban abiertas, quedaran enrasadas entre las jambas de ambos huecos. Este espacio se cubre con una bóveda de cañón cuyo eje sigue la misma dirección del recorrido. Sin embargo, el vano interno sufrió una modificación al tener que dar paso a la canalización del acueducto que discurre a una cota más baja que la del dintel del vano exterior y esto obliga a pensar que la puerta es anterior a 1172, año en que se concluyó la traída de aguas al Alcázar. En las jambas del vano interno se han marcado unas juntas verticales como para indicar que hay un recrecido hacia el exterior. Además, sobre el vano existe un recrecido adicional que luego se retranquea un poco más arriba con una superficie en bisel. Este recrecido alberga los tubos de la conducción de agua y supuso, sin duda, una modificación en la puerta que conllevó una reducción de la altura de paso de casi 0,40 m. El recrecido está apoyado en un arco muy rebajado para cuya construcción debió demolerse el arco o dintel preexistente del que quedan las jambas, que sobresalen hacia el interior, lo mismo que ocurre con el tímpano de la bóveda. Las jambas se ensancharon para construir un arco de 0,55 m de grueso que con el vuelo del recrecido alcanza un espesor total de 0,70 m en el que es posible que estén alojados los dos tubos de 0,30 m de diámetro que se aprecian en las distintas secciones visibles de la muralla por las que transcurren.

Por su localización junto a la alcazaba que protegía los órganos del poder tuvo mucho protagonismo durante el asedio de la ciudad que empezó en 1247, como detalla la Crónica General en su redacción de fines del siglo XIII:

« Muchas vezes salien los moros de rebato por la puerta del alcáçar do es agora la ludería, et pasauan vna ponteçilla que era y sobre Guadayra, et fazien sus espolonadas en la hueste, et matauan y muchos cristianos, et fazien y mucho Danno».

Posteriormente, siempre conectada con el postigo del Atambor y la barbacana intramuros que los vinculaba y separaba del resto de la ciudad, fue protagonista de la llegada de los reyes o los nobles, como la llegada del rey en secreto en el año 1455 o la del marqués de Cádiz en 1477 para rendir pleitesía a los Reyes Católicos a solas. Su recuerdo aún se mantenía a fines del XVI, pues Cervantes, en palabras de Monipodio, consignó

«A Rinconete el Bueno y a Cortadillo se les da por distrito, hasta el domingo, desde la Torre del Oro, por defuera de la ciudad, hasta el postigo del Alcázar, donde se puede trabajar a sentadillas con sus flores; que yo he visto a otros, de menos habilidad que ellos, salir cada día con más de veinte reales en menudos, amén de la plata, con una baraja sola, y ésa con cuatro naipes menos. Este distrito os enseñará Ganchoso; y, aunque os estendáis hasta San Sebastián y San Telmo, importa poco, puesto que es justicia mera mista que nadie se entre en pertenencia de nadie».

Un dibujo del siglo XVII, que reproducimos, nos presenta la puerta vista por el lado de intramuros, mostrando el inicio de las acometidas de los caños de Carmona para el suministro de la Catedral y el palacio Arzobispal, que aún se conserva, incluidas las inscripciones.

 Antonio Almagro y Alfonso Jiménez


Bibliografía:
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  • Tabales Rodríguez, M. A., El Alcázar de Sevilla. Primeros estudios sobre estratigrafía y evolución constructiva. Madrid 2002.
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