La Torre del Agua es una estructura con forma de U adosada a un escarpado cantil rocoso, prácticamente vertical, que configura la vertiente Sureste del monte donde, según el geógrafo andalusí al-Zuhrī, estaba la fortaleza más inexpugnable de al-Andalus. La medina de Segura fue la cabeza del ʿamal Šaqūra, antigua amelía o distrito andalusí perteneciente a la cora de Jaén y cuyo ámbito de influencia fueron las cuencas altas de los ríos Segura, Guadalimar y Guadalquivir. Este territorio serrano fue ocupado por los almorávides en el año 483/1091 y, posteriormente, por los almohades en el año 564/1169.
En el valle de Segura permanece un articulado sistema de estructuras hispano-musulmanas, construidas todas ellas durante el siglo XII, y de las que aún se conservan más de cuarenta vestigios en el valle de los ríos Trujala, Hornos y Guadalimar. Un conjunto patrimonial que dibuja un excepcional paisaje antropizado en el interior de la Sierra de Segura, al Noreste de la provincia de Jaén.
La Torre del Agua es un elemento defensivo aislado, ubicado a unos doscientos metros extramuros del recinto amurallado de la ciudad. La torre no forma parte de las estructuras defensivas urbanas, ni de las de la fortaleza. La base de la Torre del Agua se sitúa 7 metros por encima del punto más alto que ocupa el caserío intramuros del núcleo urbano. No se reconocen lienzos o restos de muralla que entesten o que se hayan adosado a esta torre. La estructura está construida en fábrica de tapial de hormigón de cal y no tiene ninguna saetera, hueco o acceso originario visible. El único hueco existente fue abierto en el siglo XVI, tal y como se describe en la Relación de los pueblos de Jaén, ordenadas por Felipe II en 1575:
[…] al pie desta torre mayor y debajo de los mismos peñascos donde está fundada la torre mayor, está otra torre que se llama la Torre el Agua, ques ydifiçio grande y hecho de mucho tienpo antes de que se ganase esta villa, y pareçe que oy se acabó de haçer sigún está de nueba e blanca, y esta torre a estado toda çerrada sin ninguna puerta y abraça por la parte de arriba un peñasco muy grande de más de treçienlas varas en alto. Esta torre pareçe que solo sirvió en tienpo de moros de recojer agua […] desde lo alto de la fortaleça, por esta parte está tan hondo lo bajo y tan enpinado los peñascos que sy todo el mundo viniese no le daría pesadunbre a la fortaleça con quatro onbres que estuviesen arriba. Esta Torre el Agua, se guardaba desde el torrejón. No tenía otra entrada esta torre […]. Avrá quarenta años que un juez que ubo aquí, la començo abrir por un lado y con mucho trabajo y costa, se abrió por donde pudiese entrar un onbre de lado. […] mando linpialla por de dentro, que avía en ella mucha tierra y piedra seca como puesta por mano y aviendo mucha cantidad de piedra está un lecho de argamasa, que pareçia que ally se acababa lo hondo de la torre. Y cabando ally aquella argamasa, hallava otra cantidad de piedras y otro lecho de argamasa, hasta que se llegó a lo hondo y quitando estas piedras y argamasa, que se sacaron más de ochoçientas cargas de piedra y más de dos mill de tierra, questaba como dicho es hechada la piedra por mano y llegado al suelo como dicho es desta torre se halló un poço muy grande y muy hondo el qual estaba cubierto de piedra seca por su borden, y encima de la boca del poço una grande piedra por clabe y abierto se bido un edifiçio de poço muy ynluçido y redondo, tendrá çinco estados de hondo. No se a acabado de linpiar lo bajo del dicho pozo para ver lo que dentro ay, más de que se entiende que ay agua porque debajo de la torre responde una fuente de agua y porque la misma torre quanto a que Sigura se ganó de los moros se llama y nonbra la Torre del Agua.
Por la descripción del siglo XVI, parece más o menos claro que la función de la torre era proteger una surgente, fuente o pozo de agua que debía existir en ese lugar. Un dato que no ha podido ser contrastado, ni confirmado recientemente, al no haberse ejecutado el proyecto de consolidación redactado en 2007, ni las excavaciones arqueológicas asociadas al mismo.
El funcionamiento de la torre es una incógnita, toda vez que no se aprecia ningún hueco o ingreso a la misma. La hipótesis de un acceso superior, con una escala que descendería desde la fortaleza es bastante inverosímil, dado que, en este punto, la montaña tiene un cortado casi vertical. Circunstancia que describe con nitidez el relado del siglo XVI: “por esta parte está tan hondo lo bajo y tan enpinado los peñascos…”. Aunque hubiera existido dicho ingreso superior a la misma desde la fortaleza, cabe preguntarse cómo podía funcionar esta infraestructura con una mínima eficacia y comodidad para el posible acarreo del agua. Dada su morfología, composición y ubicación –en la parte más alta del núcleo urbano– cabría plantear la hipótesis de que esta infraestructura podría haber servido como un elemento de regulación o almacenamiento de agua para el abastecimiento de la ciudad de Segura.
La Torre del Agua es una arquitectura de difícil clasificación, ya que podría ser considerada tanto Arquitectura Militar, al ser la defensa de un pozo de agua. Pero también podría ser Arquitectura Civil, ya que es una infraestructura al servicio de una necesidad cotidiana de una comunidad. En esta categoría de infraestructuras o arquitecturas civiles, en el valle de la Sierra se pueden encontrar interesantes ejemplos como la presa de Garganta del Ciervo conformadora del embalse de la Albuhera, el Puente Moro, el Puente de Romillán o los restos de un humilde acueducto que conduce un pequeño azarbe (az-zarb) o acequia (as-sāqiya) tallado en la piedra.
La torre tiene unas dimensiones de 15,80 x 6,03 m, equivalentes a 21 x 8 cajones de tapial. La dimensión de cada cajón equivale aproximadamente a unos 75,35 cm. Su altura total debió ser de veintiún cajones de tapial (15,85 m). En la coronación de la torre se aprecian restos de merlones algo erosionados. La torre tiene forma tronco-piramidal, con las caras Norte y Sur inclinadas y la cara Oeste aplomada, lo que indica un replanteo previo y una intencionada colocación volcada de los tapiales exteriores, conforme se van poniendo en altura, para conseguir la inclinación deseada. Los muros están escalonados tanto interior como exteriormente. En el interior hay tres niveles superpuestos de diferente altura, el mayor de ellos es el primer nivel, que alcanza los 7,73 m de altura. El siguiente nivel tiene cuatro cajones de altura que alcanzan con casi 3 m de altura. En el último nivel se observan hasta siete cajones de tapial. No se aprecian improntas o apoyos de costeros o rollizos de apoyos de forjados en ninguna planta, ni siquiera en el último forjado de terraza, que debería haber existido, al menos para poder defender esta estructura desde arriba, dado su carácter macizo y la ausencia de aspilleras o cualquier tipo de hueco en sus muros.
El estado de conservación de la Torre del Agua es bueno. Hoy en día se también podría mantenerse la descripción de la Relación de Felipe II cuando dice que: “parece que hoy se acabó de hacer según está de nueva y blanca”. A pesar de ser una de las torres mejor conservadas de Segura de la Sierra, los desprendimientos de la montaña, la vegetación y el abandono de su interior la están degradando muy rápidamente. Por encargo de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se procedió a redactar, en abril de 2007, un proyecto de restauración de esta torre. Un documento cuyos precios fueron actualizados en 2014 a petición de la Dirección General de Bienes Culturales y que, en 2022, todavía no ha sido ejecutado.
Sin embargo, el trabajo realizado en aquel momento sobre esta torre sirvió de punto de partida para ampliar el conocimiento que se tenía sobre la misma, ampliando el estudio hasta llegar a analizar en profundidad quince asentamientos, todos ellos con presencia de restos medievales. Una investigación que se acabó materializando en el #ProyectoSegura (HAR2014-53866-R), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, que ha permitido extraer abundante información y datos imprescindibles para conocer mejor el conjunto de inmuebles hispano-musulmanes del valle de Segura, además de obtener resultados inéditos relativos a su cronología, tipología, morfología, sistemas constructivos e implantación en el territorio.
Santiago Quesada-García (Universidad de Sevilla)