El Cuarto del Crucero era uno de los edificios residenciales con que contaba la zona interna del Alcázar sevillano en época almohade, siendo éste el más meridional y el de mayor tamaño. Las primitivas dimensiones de este palacio no resultan fáciles de precisar debido a los procesos de agregación y sustitución que ha sufrido, aunque se puede suponer que estuvo inscrito en un rectángulo de aproximadamente 68 x 45 m. La zona en que se construyó este edificio debía presentar un desnivel del terreno que fue aprovechado para disponer su particular organización espacial, ya que el rectángulo del patio, con unas dimensiones de 47.40 x 34.40 m, se encontraba situado a un nivel de 4.70 m por debajo del nivel principal de su acceso y de los salones en los que se desarrollaban las actividades habituales.
Las dimensiones, forma y originalidad de este palacio permiten suponer que nos encontramos ante la residencia principal de los califas almohades en su capital de al-Ándalus. Junto con el Patio de la Casa de Contratación, constituyen los mejores ejemplos conservados de arquitectura palatina almohade. Esto justificaría que la gran construcción y reforma realizada por Alfonso X tras la conquista de la ciudad en 1248 tuviera por objeto precisamente este edificio. Este patio es el de mayor tamaño de los conocidos en al-Ándalus, y sus dimensiones condicionaron el empleo y modo de disponer todos los elementos que conformaban este espacio de dimensiones tan vastas y que sin embargo intentó mantener su carácter esencial de espacio interior e intimista característico de toda residencia musulmana.
El palacio, que podemos considerar organizado en una doble cota, debió estar formado en su zona alta por un gran espacio rectangular flanqueado por dos salones de planta oblonga y proporción muy alargada, dispuestos en los testeros norte y sur, es decir, los dos más cortos. Posiblemente los laterales largos contaron también con crujías, aunque nada podemos asegurar al respecto. En el lado occidental, entre el muro del patio y la muralla del primitivo alcázar quedaba un espacio de planta triangular que pudo estar ocupado por alguna habitación o simplemente haber servido de elemento separador de la muralla inmediata. En el lado opuesto debió existir otra crujía, que tendría sin duda planta regular, pero de cuyo muro exterior solo podemos conjeturar que quizás coincidiera con un muro interior que se conserva en el cuerpo actual de edificación de ese lado.
Conocemos las dimensiones del patio gracias a que se han conservado sus muros perimetrales en el nivel inferior, así como en parte del lado occidental de la planta baja. Aunque los salones propiamente dichos han desaparecido, puede identificarse su situación y dimensiones por los límites fosilizados que han pervivido en las transformaciones posteriores, así como por algunas referencias documentales. El salón meridional debió corresponder básicamente con el que hoy conocemos como Salón de los Tapices, aunque con una apreciable menor anchura. Su longitud, pues, coincidiría con la actual de ese salón aunque contaría sin duda con las correspondientes alhanías en sus extremos cuya dimensión quedaría incluida dentro de la marcada por el salón de construcción posterior.
Este salón contaría con un pórtico como es habitual en la arquitectura doméstica andalusí, que se encontraría situado en donde hoy se levanta el actual pórtico construido en el siglo XVIII, aunque desplazado hacia el sur alrededor de 3.90 m. Todo hace pensar que a este pórtico no se podía acceder por su frente, ya que el suelo del patio quedaba a una cota 4.70 m más abajo. El acceso al mismo se haría por los andenes laterales que recorrían los dos lados mayores del patio, soportados por una estructura porticada de la que hablaremos al tratar del nivel inferior. Sólo podemos apuntar como hipótesis la posible existencia de una escalera para descender al jardín coincidiendo con el arco central del pórtico.
En el lado septentrional hubo otro salón del que quedan sobre todo testimonios documentales. Debió ser, por su orientación hacia mediodía, el principal del palacio islámico. Se le conocía como Cuarto del Maestre a causa de la tradición según la cual en una de sus alcobas Pedro I dio muerte a su hermanastro D. Fadrique, Maestre de Santiago. Este salón, que debía ser igualmente estrecho y alargado, se describe en 1568 diciendo que disponía de un pórtico con pilares de ladrillo que se recomienda en esa fecha que sean sustituidos por columnas de mármol. La estructura del salón debió ser muy transformada a finales del siglo XVI.
De estos datos documentales se puede conjeturar que el salón tendría una longitud total de 34.40 m, equivalente a la anchura del patio. Dentro de esta longitud hay que considerar incluidas las dos alcobas o alhanías dispuestas en sus extremos. La anchura del salón, según dicha descripción era de 4.05 m. De su pórtico, aunque nos falta información, podemos intentar reconstruirlo gracias a un dibujo atribuido a Vermondo Resta y sobre la hipótesis de que guardara relación con el conservado en el nivel inferior. En los extremos habría arcos o puertas pequeñas de acceso a los andenes altos laterales mientras que en el centro hay que suponer la presencia de un arco de mayor tamaño. Puesto que el pórtico inferior tiene un número elevado de huecos (6 en cada lado) de escasa luz, puede pensarse que cada dos arcos inferiores coincidieran con uno del nivel superior Un gran arco central sobre gruesos pilares quedaría flanqueado por tres arcos menores a cada lado como suceden en el llamado patio del Yeso, o bien que el arco central estuviera acompañado por una alternancia de pilares y columnas de tal modo que entre los pilares quedaran vanos geminados, como en el patio de la Casa de Contratación. Los arcos daban al vacío del jardín, situado en un nivel inferior. Es posible que del arco central arrancara una escalera de bajada a dicho nivel. La anchura del corredor de este pórtico era de 3.50 m.
Apenas nada más puede decirse de la estructura de este palacio referente a la planta baja en que se encontraban sus salones. Los restos materiales más importantes correspondientes al período almohade de este palacio se encuentran en lo que hoy son subterráneos del patio actual y que primigeniamente fue el jardín y sus pórticos situados a 4.70 m por debajo del nivel de los salones.
Por lo que hoy puede vislumbrarse, la estructura de este primer patio en su nivel inferior estuvo formada por unos pórticos perimetrales acompañados por un andén en la zona descubierta. que estuvo ocupada por varios parterres cuya disposición no conocemos con exactitud pero que podemos imaginar. Los pórticos de los lados largos son de una gran sencillez y están formados por 12 arcos cada uno de 3.15 m de luz cuya cara exterior se sitúa a 1.70 m de la pared perimetral de cierre del patio formando unos nichos que en su origen no debieron tener comunicación entre sí, y que servían para sostener los dos corredores que permitían una comunicación perimetral dentro del patio.
El pórtico norte, único conservado de los lados menores, guarda sintonía con los que acabamos de describir, aunque presenta notables diferencias, pues no servía para sostener un simple andén lateral, sino que soportaba el pórtico superior que precedía a la sala ya descrita del nivel de planta baja. La distancia desde la cara exterior de los arcos hasta el muro de cierre del patio en este caso es de 3.55 m. Los arcos tienen una luz menor, 1.18 m, existiendo un paso o galería de 1.80 m junto al muro perimetral. La zona central de este pórtico se encuentra muy alterada por las transformaciones que ha sufrido.
En la zona inmediata a este pórtico septentrional, tanto en el lado oriental como en el occidental, se ha conservado el andén exterior que bordeaba los parterres. Del andén perimetral parte otro hacia el sur por lo que puede deducirse que cada cuartel del crucero se subdividía en dos o, lo que es más probable, en cuatro parterres que seguramente formarían cruceros secundarios. El pórtico sur quedó totalmente sustituido por un pórtico gótico en la segunda mitad del siglo XIII. Se desconoce por dónde se accedía al nivel inferior o del jardín en época almohade pues no ha quedado rastro alguno de ello.
Pese a los pocos elementos conservados de este primitivo patio, no cabe duda que se trata de una de las más originales soluciones nunca planteadas en la arquitectura residencial de al-Ándalus. El patio de mayor tamaño de los hasta ahora conocidos en ningún palacio andalusí presentaba su suelo rehundido más de cuatro metros y medio respecto al nivel de sus salones. En este nivel inferior hubo un jardín, seguramente de crucero, y quizás con una alberca su andén principal. Todo ello rodeado de pórticos en sus cuatro lados que sostenían las zonas de circulación del nivel superior constituidas por simples andenes en los laterales y por los pórticos de los salones en los frentes. Se puede imaginar el centro de este jardín ocupado por una gran fuente o incluso, por un pabellón semejante al que se levantaba en el gran jardín de crucero del Alcázar Sagir de Murcia, construcción atribuida a Muhammad Ibn Mardaniš a mediados del siglo XII. Los dos salones principales, situados en los testeros más cortos del patio, de proporción larga y estrecha, en nada diferirían de lo habitual en las casas y palacios andalusíes. Pero sin duda lo más original de este patio es su disposición en dos niveles y la ubicación del jardín en situación rehundida para proporcionar un lugar fresco en que poder pasar los rigores estivales.
Antonio Almagro