El extremo del puente de Cordoba en la orilla izquierda de río, la opuesta a la ciudad, fue siempre considerado un lugar estratégico pues resulta crucial para el control del propio puente. Ya en época califal se levantó en ese punto una torre con puerta en su base de la que puede identificarse el paramento que mira hacia el puente, incrustado en los muros de la torre posterior bajomedieval. Para reforzar la defensa de este punto vital no solo para la seguridad del paso del río sino de la ciudad y su territorio, los almohades crearon un recinto en torno a la torre califal formado por una muralla de tapia dotada de torres macizas en sus ángulos y probablemente también a espacios regulares en sus distintos frentes. De esta muralla se conserva en un estado significativo buena parte del frente suroeste, con una torre de ángulo y otra torre en dirección al río. En los frentes sureste y noreste, aparte del comienzo del primero, se han localizado algunos restos que permiten conocer al menos su trazado. Del frente noroeste que daba hacia el río nada se conoce. Tampoco de la puerta que sin duda tendría el recinto hacia el campo que podemos suponer ubicada en el frente sureste, pero sin que sepamos nada ni de su ubicación precisa ni de su forma.
El recinto, con un perímetro que podemos suponer de 360 m de longitud, tenía una superficie de 7850 m². Resulta evidente que un área tan extensa no cumplió solo la función de proteger la torre Calahorra y el puente, que en general quedan a una distancia de entre 40 y 80 m de la muralla, sino que sin duda se emplearía como campamento temporal de tropas en preparación para una campaña o acantonadas en previsión de posibles ataques o revueltas.
Antonio Almagro