Bāb al-Raḥāʾ

Población: Marrakech
Provincia: Marrakech
País: Marruecos
Coordenadas geográficas: 31.629511 / -7.999273
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: J742


La puerta de Bāb al-Raḥāʾ se encuentra situada en el frente occidental del recinto amurallado de Marrakech, junto al vértice de un quiebro cóncavo que forma en ese lugar la muralla. Esta puerta se encuentra muy mutilada pues ha perdido la casi totalidad del bastión que la componía, conservando solo el arco de la puerta exterior y las dos torres que la flanquean que son semi-octogonales. El arco queda en la misma línea de la muralla y las torres sobresalen como todas las que jalonan su recorrido. El resto del bastión, hoy desaparecido, se desarrollaba en la parte interior del recinto. Los investigadores franceses Charles Allain y Gaston Deverdun pudieron ver en los años 1950 algunos restos de sus estructuras por la cara interior de la muralla que permiten conocer algunos detalles. En concreto, hacia el norte vieron el arranque de lo que seguramente era el muro de cierre de ese lado, mientras en el lado sur aún se conservaban las jambas de los dos arcos que conformaba la puerta interior del bastión. También desenterraron algún resto del muro oriental. En base a esos datos se puede deducir que el acceso era en recodo simple con giro hacia la derecha y contaría probablemente con dos ámbitos, uno cubierto y otro en forma de patio. También se conservaba el arranque de una escalera para acceder a la terraza ubicada en la jamba sur de la puerta exterior y que quedaba oculta tras el pontón de cierre cuando este estaba abierto, solución presente en otros casos como la puerta de Dar al-Sultán, la Bāb Dukkāla del mismo Marrakech o la puerta de Belén en Córdoba, aunque en estos dos últimos casos la escalera arranca de la puerta interior y no de la exterior.

La puerta exterior, única parte subsistente, se abre en un frente de 7,96 m, flanqueado por dos torres de planta ochavada que sobresalen hasta 4,54 m respecto al plano de la muralla y tiene una anchura de unos 6, 80 m.  Las torres son macizas en su parte inferior siendo huecas en el resto de la parte conservada que hoy se encuentra abierta por la gola, aunque es muy posible que en origen tuvieran habitaciones cerradas y cubiertas. El enfoscado uniforme que recubre todas las superficies impide poder hacer un análisis mínimamente efectivo. En la parte superior de los paños centrales de ambas torres hay troneras en forma de arquillos, que actualmente quedan a una notable altura del suelo interior de la torre, lo que hace suponer que existió alguna bóveda o forjado para soportar la terraza.

La puerta exterior está formada por un arco de medio punto sin imposta marcada ni prolongación de herradura. Está bordeado por una arquivolta de igual forma cuyas jambas bajan hasta el suelo. Dos pilastras de escaso relieve ocupan los rincones de las torres, rematadas en una pequeña cornisa de nacela que sirve de apoyo a ménsulas de igual forma pero que en ambos lados se encuentran truncadas. Como remate de ellas y de toda la portada hay otra imposta en nacela, truncada en el frente de las ménsulas. Por encima de dicha imposta se levanta el peto coronado por almenas con remate piramidal.

Toda la portada, salvo el peto y las almenas está construida con piedra esquistosa de Giliz que aunque no permiten una labra adecuada, se ha dejado vista regularizada mediante juntas en relieve. Las que marcan las dovelas son rectas y regulares mientras las que rejuntan la mampostería de las albanegas siguen formas irregulares más o menos acordes con los bordes de las piedras. Las dovelas del arco principal tienen juntas radiales al centro del arco y están fragmentadas en varias piezas. Las del arco de la arquivolta aparentan piezas únicas para cada dovela mediante las falsas juntas. Por la cara interior del muro se aprecia la huella de una bóveda de cañón que cubriría el espacio en que giraban los portones con que se cerraba la puerta, aunque no queda rastro alguno del segundo arco ni de la escalera antes mencionada.

Por la tipología de las torres con forma octogonal, presentarse la puerta frontalmente y desarrollarse el bastión dentro del recinto y no sobresaliendo de él, se puede considerar que esta puerta podría ser de construcción almohade. Respondería a un programa de refuerzo de los frentes norte y oeste de la ciudad en el que se tuvo en cuenta igualmente enfatizar el valor simbólico de las puertas cuyo acceso no se sitúa en un lateral como en las del sector sureste sino de forma claramente visible para quien se aproxima a ellas.

Antonio Almagro

 


Bibliografía:
  • Allain, C. y Deverdun, G., "Les portes anciennes de Marrakech", Hespéris, 44 (1957): 85-126.
  • Deverdun, G., Marrakech des origines à 1912. Rabat: Editions Techniques Nord-Africaines, 1957.
  • Marcos Cobaleda, M., Los almorávides. Arquitectura de un imperio. Granada: Editorial Universidad de Granada, 2015.
  • Triki, H., "Marrakech: Retrato histórico de una metrópolis medieval. (Siglos XI-XIII)", en R. López Guzmán (coord.), La arquitectura del Islam occidental, pp. 93-106. Barcelona: Lunwerg, 1995.
  • Villalba Sola, D., La senda de los almohades: arquitectura y patrimonio. Granada: Editorial Universidad de Granada, 2015.
  • Wilbaux, Q., La médina de Marrakech: formation des espaces urbains d'une ancienne capitale du Maroc. París: L’Harmattan, 2001.