En el lado occidental del ribat de Tit se levanta un elegante alminar que desde que lo dieron a conocer Basset y Terrasse en 1922, apenas ha llamado la atención de otros investigadores, siendo así que se trata de una notable obra atribuible sin ninguna duda al periodo almohade. Aunque hoy se encuentra adosado a la zawiya y mausoleo del Mulay Abdallah Amghar, no parece que fuera esta su primitiva situación ya que el mencionado mausoleo parece obra mucho más reciente y, sobre todo, por sus dimensiones y modo de relacionarse con la torre, pensamos que no merecería contar con una estructura de semejante tamaño. Hay que imaginar, por tanto, que debió existir en este lugar una mezquita de notables dimensiones de la que hoy por hoy nada sabemos. De haber tenido la misma orientación que el alminar, la dirección de su qibla sería de 141° desde el norte.
El alminar tiene planta cuadrada de 5,75 m de lado. Su organización interna es la típica de estas torres, con un núcleo central macizo de 2,36 m de lado al que va rodeando una rampa que asciende en el sentido contrario a las agujas del reloj. La rampa tiene una anchura de 0, 86 m y se cubre con bóvedas de cañón inclinadas que en las intersecciones que se producen en las esquinas generan bóvedas de arista. El muro exterior tiene un espesor similar a la anchura de la rampa. Esta da hasta siete vueltas antes de alcanzar la altura en que da acceso a una escalera, situada en el eje noroeste-sureste, que permite desembarcar en el andador del cuerpo principal, cuyo antepecho alcanza los 22,40 m desde el suelo. El cuerpo alto o linternón está ligeramente desplazado hacia el noroeste al no ser cuadrado pues tiene una anchura de 2,60 m en la dirección noreste-suroeste y de 2,90 en la dirección noroeste-sureste. Como ya indicaremos, este cuerpo alto ha sido reconstruido en fecha reciente y, al parecer, con diferencias apreciables respecto al elemento precedente lo que permite suponer que esa anomalía no existiera en la obra original. Este cuerpo alto alberga una cámara interior con un hueco de acceso en el lado noroeste, otro hueco menor en el lado opuesto y dos ventanas en cada uno de los otros frentes. Se cubre actualmente con una losa de hormigón moderno sobre la que se asienta un remate hemisférico recubierto de mortero al que queda sujeto un pequeño ŷamur.
Lo más interesante de este alminar es sin duda la decoración exterior que permite afiliarlo como una obra almohade. Todos los paramentos externos de la torre son de cantería de piedra calcarenita, típica de las zonas marítimas, sobre todo de la costa atlántica marroquí.
La parte inferior de la torre, hasta los 10 m de altura, es lisa y solo presenta algunas saeteras que iluminan la rampa de subida en las esquinas en donde gira. Por el sureste, se adosa a la torre la qubba del mausoleo del Mulay Abdallah Amghar, por lo que la parte inferior queda oculta, aunque con bastante seguridad puede suponerse que es igualmente lisa. Sólo en el frente noroeste, en su mitad, se abre en la parte inferior la puerta de acceso que hoy se encuentra en parcialmente cegada en la parte inferior a causa de la sobreelevación del suelo exterior. La puerta tiene una anchura de 0,90 m y pudo tener en su origen una altura de 1,60 m que hoy está reducida a tan solo 1,10 m. La puerta metálica con que se cierra el hueco solo tiene 0,64 m de ancho. El hueco es rectangular, pero tiene un arco apuntado con el tímpano ciego, todo ello recubierto de una extraña decoración, que a primera vista parecería epigráfica, aunque en realidad no lo es. Las extrañas formas que presenta hacen sospechar que pueda ser fruto de una intervención moderna, aunque la pátina producida por el ambiente marino tampoco permite asegurar que se trate de piedras nuevas pues no se distinguen diferencias apreciables con las del resto del paramento. Sobre el arco de descarga de la puerta hay un rebaje de forma cuadrada de aproximadamente 0,40 m de lado, que pudo servir para encastrar una inscripción fundacional, que desgraciadamente no se ha conservado.
La ornamentación que cubre el resto de las fachadas se organiza en dos registros superpuestos formados por arcos ciegos con un amplio alfiz que delimita la zona en que se desarrolla la decoración y que deja franjas de unos 0,70 m junto a las esquinas de la torre. Dentro de esos arcos ciegos se abren huecos de mucho menor tamaño que sirven para iluminar la parte superior de la rampa interior de subida. En el registro inferior solo hay un hueco en cada cara mientras en el superior hay dos vanos. Los esquemas compositivos se repiten en caras opuestas, aunque se aprecia un distinto grado de acabado de los elementos decorativos mostrando que la obra no quedó nunca totalmente terminada.
El registro inferior parece obedecer al mismo esquema en las cuatro caras. Está compuesto por un arco de lóbulos definidos por dos cintas que van, alternativamente formando arcos más grandes y otros de menor tamaño dando como resultado lóbulos de mayor tamaño circulares y otros menores apuntados. Es esta una solución muy típica en el arte almohade; la encontramos en la fachada oeste del alminar de la mezquita Kutubiyya y en varias composiciones del de Rabat, lo mismo que en un arco del linternón de la Giralda de Sevilla. En las caras noroeste y sureste, este arco de doble cinta no está acompañado de ninguna otra decoración, mientras que en las otras caras, noreste y suroeste, los acompañan unas arquivoltas formadas por una sebka dispuesta de forma radial, una composición bastante original, que arranca de los centros de las claves de los lóbulos de la cinta más externa. En la cara noreste, sobre esta arquivolta y rellenando todo el resto del espacio del alfiz, hay una sebka de esquema rectangular, de diseño mixtilíneo, también con forma de doble cinta, cintas que quedan definidas por hendiduras que corren por el centro de las partes salientes, solución que adoptan los paños de sebka del alminar de Rabat. En la cara opuesta a este, no existe esta trama de sebka, pero todo parece indicar que esto se debe a que la decoración no se llegó a terminar, pues por la forma en que está labrada, debía realizarse directamente en obra, con las piedras de la sillería ya colocadas, pues el despiece de esta no responde al dibujo de la decoración sino a un reparto homogéneo de los sillares. Por tanto, la decoración en esta torre se labró rebajando los sillares una vez ya colocado y no dándoles la forma definitiva antes de colocarlos, como parece que se hizo en el alminar de Rabat. Esta hipótesis se debe aplicar igualmente a las caras noroeste y sureste, aunque es muy posible que en estos frentes la sebka hubiera adoptado un diseño distinto para marcar diferencias con las otras caras, como veremos ocurre en los registros superiores.
En la zona alta de la torre las composiciones ornamentales son muy distintas según la cara de que se trate, aunque mantienen similitud las que son opuestas. En el frente noreste hay un gran arco de lóbulos formados por una cinta única, de perfil aparentemente apuntado, aunque los lóbulos de la clave se encuentran muy erosionados. Los dos lados del arco apoyan en impostas planas con perfil de nacela que a su vez están sostenidas por columnas dotadas de basa y capitel, que pese a estar muy erosionadas, responden a un modelo típico almohade. Dentro de este arco se disponen dos arcos menores de perfil muy apuntado, mediante otras series de lóbulos que forman dos ramas simétricas que apoyan en una columna central. En este caso, los arcos están formados por dovelas radiales, pero se aprecia que los lóbulos han sido también labrados in situ una vez ya montado en arco en obra. En el interior de los dos arcos menores se abren sendas ventanas con forma de arcos de herradura apuntada con un sencillo alfiz y proporción muy alargada. Los tímpanos y las albanegas de los arcos lobulados carecen de decoración y sólo en estas últimas aparecen dos gárgolas con perfil de nacela que desaguan el andén o terraza del cuerpo principal del alminar. En la cara opuesta la disposición es semejante, salvo que el arco principal lobulado tiene forma circular y no apuntada y este frente carece de desagües de la terraza.
En las caras noroeste y sureste la decoración de este registro superior está formado por un arco mixtilíneo de lambrequines también subdividido formando un doble arco dentro. Dentro de estos hay dos ventanas con forma de herradura apuntada pero sin alfiz, ya que no queda espacio para ello. El tímpano que hay entre los dos arcos menores y el mayor que los encuadra está a su vez subdividido generando lo que parece el arranque de una sebka, una solución muy semejante a la que puede verse en dos de las caras del alminar de Safi. En este último caso, parece que dicha sebka rellenaba todo el espacio entre el arco y el alfiz, cosa que no sucede aquí, quizás porque la decoración no se llegó a completar. También estos arcos se apoyan en columnas con basas y capiteles, aunque en el frente sureste faltan las columnas de los extremos. Arcos de lambrequines tienen las caras norte y sur del alminar de la Kutubiyya y la cara norte del alminar de Rabat, además de las dos caras ya mencionadas del alminar de Safi, cuya forma es la más parecida al caso que analizamos.
Ni el cuerpo principal ni el superior conservan el almenado escalonado característico de remate de estas torres. En la actualidad hay unas almenas de tamaño muy reducido en las esquinas de ambos cuerpos, pero no se corresponden con las dimensiones que deberían tener los originales. Dos fotografías antiguas muestras merlones de esquina mucho mayores.
El cuerpo alto o linternón que hoy existe es, como se ha dicho, una obra moderna. En las caras noroeste y sureste no presenta decoración alguna y solo unos resaltes en la fábrica de sillería que definen grandes recuadros lisos y el alfiz del hueco que da acceso al espacio interior. En las otras dos caras se ha repetido el esquema, a menor tamaño, del registro superior del cuerpo principal de la torre, aunque trazado con cierta torpeza que hace que los dos arcos menores tengan sus dos ramas sin mantener simetría, algo que produce un desagradable efecto. Por encima de los arcos se dispuso una trama de sebka menuda mal integrada con estos. Las fotografías publicadas por Basset y Terrasse en 1927 nos muestran una solución muy distinta de este cuerpo superior, que debemos pensar fue la original. En los dos frentes visibles, que son contiguos, se ven arcos lobulados de doble cinta que generan lóbulos alternos circulares y apuntados y de los que arrancan sebka-s de gran tamaño que rellenan el resto del recuadro compositivo. En la cara noreste el arco lobulado tiene directriz circular, mientras en la noroeste es apuntada. En el primer caso la sebka es de trazado mixtilíneo mientras en el segundo está formada por entrecruzamiento de arcos lobulados. Dentro de los arcos lobulados se existen huecos abiertos hacia el espacio interior de igual forma y dimensión en todos los lados. El linternón se remata con almenas escalonadas y se intuye la existencia de un cupulín con yamur.
Este alminar mayor de Tit es sin duda una notable creación de la arquitectura almohade que si no alcanza, ni por su tamaño ni por su calidad compositiva y decorativa, el esplendor de los alminares de las grandes aljamas de las capitales imperiales, si posee una singular belleza y elegancia y bien merece ser considerado dentro de las grandes creaciones arquitectónicas de este periodo.
Antonio Almagro