Los restos de este edificio se encuentran en un punto de la costa norte de la isla de Menorca, junto a una cala que constituye un magnífico puerto natural y en cuyo entorno existen también restos de época romana. Se han identificado como una pequeña mezquita por la existencia de un nicho en uno de los muros que puede corresponder a un mihrab, pese a que sus proporciones resultan excesivamente estrechas. Apenas se conserva de esta construcción una hilada de sillares que sobresalen pocos centímetros del suelo y no de todos los muros lo que dificulta la identificación de la totalidad de estas estructuras. Parece que la mezquita estuvo formada por una habitación de 9,65 m de ancho por 2.80 de profundidad con una orientación de su qibla de 133° respecto del norte. En el centro del muro de la qibla está el nicho del mihrab que solo tiene 0,70 m de anchura y 1,50 m de profundidad. Tanto interna como externamente el nicho presenta forma curvada, aunque bastante irregular. Adosada a este espacio había otra pequeña habitación de igual profundidad y 3,45 m de anchura. Otros restos existentes alrededor indican que el edificio no estuvo aislado, sino que debió formar parte de un conjunto de construcciones cuya naturaleza se desconoce por el momento. En la construcción su utilizaron sillares que proceden de construcciones romanas del entorno sin que aparentemente se haya usado ningún tipo de mortero.
Por los materiales aparecidos en excavaciones llevada a cabo a partir de 1979 en el lugar, parece que existió un hábitat musulmán en la zona sin que se pueda perfilar una cronología precisa para esta construcción. La forma que presenta esta mezquita, la primera conocida en el ámbito rural en Baleares, remite a los modelos presentes en los conjuntos identificados como ribat-s, en casos como el de Guardamar, del siglo X, o el de Arrifana del siglo XII.
Antonio Almagro