Bab al-Had

Población: Rabat
Provincia: Rabat
País: Marruecos
Coordenadas geográficas: 34.021860 / -6.840445
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: D721


De las cinco puertas que posee la muralla urbana de Ribat al-Fath, cuatro de ellas se sitúan simétricamente respecto la Bab al-Ruwah, que se encuentra en la zona central del frente occidental y de la que debía partir la arteria urbana más importante que conducía de forma directa a la mezquita. En posiciones casi equidistante se sitúan la Bab al-Had, aproximadamente a un kilómetro hacia el norte,  y  a unos 900 m hacia el sur existe otra puerta que se encuentra dentro de los recintos del actual palacio real, que no ha podido ser estudiada por el carácter reservado de esos espacios, pero que por las imágenes aéreas de Google Earth y por una planta publicada por Jacques Caillé en 1949, se deduce que tiene similar configuración, aunque tampoco este autor pudo visitarla sino que utilizó un plano existente en la Inspección de Monumentos Históricos del protectorado francés. Al constituirse la actual medina con población de origen andalusí en los primeros años del siglo XVII, la Bab al-Had marcó el ángulo sureste del nuevo recinto más reducido con que se delimitó.

Como las demás puertas del recinto almohade, este acceso a la ciudad constituía un bastión o elemento autónomo de defensa al disponer de doble puerta, una hacia el campo y otra hacia la ciudad, con espacios internos para alojar una guardia permanente. La construcción, cuya planta se puede inscribir en un rectángulo muy cercano al cuadrado, de 22,10 m de ancho por 23,00 m de profundidad, está acometida por dos lienzos de la muralla de modo que una parte sobresale de la línea de estos hacia el exterior y otra parte se levanta dentro del perímetro urbano. La puerta exterior se abre en el fondo de un entrante conformado por dos torres de planta ochavada de 6,40 m de ancho que dejan un frente de portada de 9, 30 m. En este frente se abría la puerta mediante un arco de herradura apuntado de 4,15 m de luz y más de 10 m. de altura. No resulta hoy posible determinar esta con precisión pues el nivel de la calle ha subido notablemente sin ninguna duda. Además, este arco se redujo de tamaño en una reforma posterior, de modo que su anchura quedó limitada a 3,25 m y su altura a tan solo 3,15 m (medido respecto al suelo actual). Esta drástica reducción del tamaño del hueco se realizó insertando dentro del original otro arco de medio punto con su rosca de 48 cm de ancho que en la clave presenta una ménsula formada por unas volutas y una nacela que soporta un tondo con una inscripción epigráfica que da la fecha y el autor de esta reforma: 1814 por mandato de Mulay Sliman. Esta reforma tuvo sin duda un objetivo claro: reducir el tamaño de las hojas de la puerta

El arco original es, como se ha dicho, de herradura bastante apuntada que apoya sobre impostas con forma de nacela que vuelan sólo hacia el interior del hueco. Sus dovelas tienen las juntas convergentes a puntos de la línea de impostas. Su línea de trasdós está remarcada por una hendidura que va formando nudos de enlace con otra marca semejante que bordea el intradós de la arquivolta que contornea el hueco de la puerta y que por ser de medio punto deja espacios de anchura variable. La arquivolta está constituida por un arco en ligero saliente, de medio punto y con jambas lisas y rectas. Solo el arco en sí y su alfiz concentran prácticamente la decoración de la puerta. El arco de la arquivolta está formado por dovelas alternativamente salientes y entrantes respecto al plano del paramento, cuyas juntas son mixtilíneas predominantemente curvas que le dan un carácter de arco engatillado, aunque con una complejidad formal que va mucho más allá de lo que exigiría esa técnica de estereotomía que pretende evitar el posible deslizamiento de las dovelas. Hay que resaltar que estas formas están también en la puerta más emblemática y ornamentada de todo el conjunto, la Bab al-Ruwah, y que sin duda inspiran la decoración de las arquivoltas de las puertas más sencillas como la Bab al-Alu y la Bab Zaer en donde las juntas de las dovelas ya no son mixtilíneas sino rectas, pero se mantiene la alternancia de dovelas salientes y entrantes y la forma de la arquivolta de medio punto y con jambas rectas. Más allá del trasdós de este arco se marcan las albanegas mediante una hendidura que sigue la línea del trasdós y de los límites del alfiz. Dentro de cada uno de los dos triángulos con un lado curvilíneo se insertan figuras circulares compuestas por ocho lóbulos. En la clave del arco se forma un nudo de proporción alargada vertical al entrelazarse las bandas que separan las albanegas del borde del alfiz y del trasdós del arco. Toda esta obra está realizada con una cantería de piedra calcarenita local muy bien labrada.

Las esquinas de las torres presentan también obra de cantería que queda perfilada por el enfoscado que recubre los paramentos de las torres que son de mampostería. A 1,35 m del remate de la construcción corre una imposta de perfil rectangular que marca el arranque del peto. Este es liso y uniforme pues las torres y el resto de la construcción están enrasadas a la misma altura. Sólo en el frente de cada torre se abren sendas troneras abiertas superiormente y abocinadas hacia el exterior destinadas a la colocación de cañones, fruto de una modificación que quizás correspondió temporalmente con la reducción del tamaño de la puerta a comienzos del siglo XIX.

La puerta exterior del bastión, al igual que la interior, está constituida por dos arcos paralelos de iguales dimensiones, entre los cuales giran las hojas de cierre. Aunque la puerta exterior ha sufrido la transformación ya descrita este espacio entre ambos arcos aún se cubre con una bóveda de cañón. Traspasada la puerta, se accede a una sala de planta cuadrada de 4,80 m de lado con arcos en todos sus lados. Uno de ellos es el de acceso; en el frente y en el lado derecho los arcos eran ciegos mientras que el del lado izquierdo da paso al siguiente ámbito. Modernamente el muro frontal ha sido perforado con un hueco rectangular para permitir un paso directo y evitar el cuádruple giro que exigía el antiguo tránsito por esta entrada de la ciudad. Esta sala se cubre con una bóveda de arista.

A la derecha de este primer espacio hay otro alargado de 11,50 x 4,30 m, también con arcos en todos sus lados, que son dos en los lados más largos. Los dos del lado derecho son la entrada y salida de este ámbito que carece de cubrición y es por tanto un patio abierto que permitía hostigar a los atacantes desde la terraza en el caso de que hubieran podido acceder al interior del bastión. El resto de los arcos son ciegos. Por el segundo arco del lado derecho se accede al tercer espacio que tiene similares dimensiones que el primero, aunque está cubierto con una cúpula hemisférica apoyada en un contorno octogonal; este se forma cubriendo los triángulos que se forman en las esquinas con unos techillos formados por rollizos de madera colocados horizontalmente y que seguramente en origen estuvieron enlucidos. También en este ámbito hay arcos en todos sus lados; el de la derecha según se entra era ciego, aunque hoy está perforado por el hueco que permite el paso directo desde el primer vestíbulo a este tercero. El del frente está también cerrado por un muro, pero en él se abre una puerta por la que se accede a la escalera que sube a la terraza. El del lado izquierdo es el que da salida hacia el interior de la ciudad. La escalera sube en sucesivos tramos en torno a un muro central. A media altura da acceso a una sala situada en un espacio simétrico del que ocupa el patio interior del bastión. Esta sala se cubre con una bóveda de cañón reforzada con tres arcos fajones que apoyan sobre pilastras en el lado izquierdo y acaban embebidos en el muto del lado derecho.

La puerta de salida hacia el interior de la ciudad es de estructura y dimensiones similares a la exterior, aunque actualmente el espacio existente entre los dos arcos que la conforman carece de cubrición y está a cielo abierto. La portada del bastión que mira al interior de la ciudad es notablemente más austera que la externa. Dos pilastras separadas 8 m delimitan un paramento ejecutado con obra de cantería dentro del cual se abre el arco de la puerta, que en este caso mantiene sus dimensiones originales. El arco queda enmarcado por un alfiz que marca un ligero rehundido, cuya superficie es igualmente lisa. Las impostas del arco están formadas por sencillas nacelas cuya concavidad se rellena con unos cuerpos sólidos prismáticos. Sólo en el remate de las pilastras que enmarcan la portada unas ménsulas hendidas con perfil que sigue las características formas vegetales almohades le dan un toque ornamental. Como en el frente exterior, una imposta lisa marca el arranque del antepecho de la terraza.

La puerta que formaba simetría en el recinto con esta y que hemos mencionado anteriormente, hoy ubicada dentro del palacio real, debió tener una planta y características similares a esta, aunque carecemos de información para poderlo asegurar. En todo caso, ambas puertas responden a un segundo modelo dentro de la planificación a la que sin duda se atuvo la construcción del gran recinto de Ribat al-Fath. El primer tipo es el que corresponde a la puerta principal, que ocupaba una posición central, la Bab al-Ruwah, ricamente decorada y con letreros epigráficos acordes con los principios políticos y religiosos almohades. Este segundo modelo es más sencillo, pero mantiene plenamente el esquema de cuatro giros en el recorrido de acceso al interior de la ciudad y tiene además la particularidad de que las torres de flanqueo son octogonales, forma muy frecuente en las construcciones militares almohades en al-Andalus. Mantiene con la anterior la arquivolta de dovelas engatilladas mixtilíneas, elementos que muestran, sin duda, la pericia de los canterios almohades que trabajaron en esta ciudad. Finalmente, el tercer tipo al que corresponden Bab al-Alu y Bab Zaer simplifica el modelo tanto en planta, hasta el punto de hacer casi desaparecer dos de los giros en el recorrido, como en la ornamentación que queda reducida a la alternancia de dovelas salientes y entrantes de las arquivoltas. Con todo, el conjunto de puertas del recinto de Rabat constituye una de las obras más importantes y emblemáticas de la arquitectura almohade.  

 

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Jacques Caillé, La Ville de Rabat jusqu'au protectorat français : Histoire et Archéologie, Publications de l'Institut des Hautes-Études Marocaines 44 (Paris : Vanoest, 1949)
  • Patrice Cressier, : "Les portes monumentales urbaines almohades: symboles et fonctions". Los almohades: problemas y perspectivas, vol. 1. (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas 2006).
  • Samuel Márquez Bueno, Pedro Gurriarán Daza y María Antonia Martínez Núñez, Las portadas monumentales de la arquitectura andalusí y mudéjar, t. 2. Las portadas de las dinastías africanas (ss. XII-XIII), (Madrid: La Ergástula, 2024).
  • Dolores Villalba Sola, La senda de los almohades: arquitectura y patrimonio (Granada: Universidad de Granada, 2015).