Puerta de la Pescadería

Puerta del Arquillo

Población: Aznalcázar
Provincia: Sevilla
País: España
Coordenadas geográficas: 37.304297 / -6.252841
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: 260


Esta puerta es de los pocos restos que quedan del recinto amurallado de Aznalcázar, uno de los varios núcleos urbanos fortificados que jalonaron el territorio del Aljarafe al final del periodo islámico. Esta puerta estaba ubicada en el lado occidental del recinto y era seguramente la que permitía un acceso más directo hacia el río Guadiamar, del que dista unos seiscientos metros. Aunque la construcción se encuentra muy alterada por las transformaciones sufridas al haberse utilizado para la construcción del pósito municipal, su estructura original puede analizarse con bastante fiabilidad.

Se trataba de una puerta con recorrido en recodo simple y con acceso lateral, dispuesta dentro de un volumen o bastión de planta rectangular adosada externamente a la muralla y dotada de una torrecilla en su ángulo suroeste para mejorar su flanqueo. Como la mayoría de las puertas construidas en esa época, disponía de dos puertas, una que daba hacia el campo y otra hacia la ciudad, lo que permitía una autonomía defensiva respecto al resto de la muralla y que una guardia pudiera permanecer encerrada en su interior. Se llegaba a la puerta viniendo del sur, aunque el acceso se realizaba por el lado oriental de modo que el arco de entrada quedaba prácticamente oculto a quien se aproximaba a ella. La puerta exterior está formada por dos arcos puestos en paralelo, uno dando frente al exterior y el otro enrasado con la pared oriental del espacio interno. Son de medio punto prolongados en forma de herradura que arranca de impostas de piedra con vuelo en nacela, mientras el resto de la fábrica es de ladrillo, salvo las claves que también son de piedra. Entre ambos quedaba el espacio para permitir el giro de los portones con los que se cerraba el paso. Este espacio se cubre con una bóveda de cañón. Ambos arcos cuentan con un sencillo alfiz rectangular que arranca de las impostas. Los arcos, cuya anchura es de 2,65 m, se conservan prácticamente íntegros, aunque con estructuras modernas adosadas.

Traspasada esa puerta se llegaba a un espacio rectangular de 7,40 x 5,35 del que carecemos de información respecto a si estuvo cubierto o si se trataba de un patio. Según se entraba, a mano derecha había otra puerta de estructura similar que daba acceso a la población. Actualmente, otro arco abierto en el muro meridional permite un acceso directo hacia esta puerta que solo conserva las jambas de la original, ya que los arcos aparentemente han sido renovados y no mantienen su forma primitiva que debió ser de herradura como en los de la puerta exterior. Esta puerta está situada en la línea de la muralla, que hacia el este se conserva en un pequeño tramo, aunque en la otra dirección no resulta visible por donde continuaba al existir edificios adosados. La contigüidad de ambas puertas deja un espacio libre en la parte occidental del espacio interior que pudo estar aprovechado para ubicar ahí una escalera por la que subir al adarve de los muros o a la terraza, si es que existió.

Como se ha indicado, la puerta sufrió una importante transformación en el siglo XVIII, cuando se abrió el arco en su muro meridional para hacer el acceso directo evitando el recodo y se construyó sobre su estructura el pósito municipal. Para ello se levantó un muro central dentro del espacio interno de la puerta en que se dispuso un arco para permitir el paso directo logrado con la apertura del arco en el muro sur. Este muro se prologó hacia el oeste impidiendo el primitivo acceso a la puerta exterior que quedó fosilizada dentro de la nueva estructura. El muro central sirvió de apoyo intermedio de dos bóvedas de cañón paralelas con que se cubrieron todos los espacios de la planta baja y sirvieron de sostén al almacén de grano dispuesto en una planta superior organizada en dos crujías separadas por una fila de arcos cuyos pilares apoyan en el nuevo muro construido en la planta baja. El granero está cubierto por un tejado a dos aguas sostenido por dos estructuras de colgadizo que apoyan en los muros perimetrales y en los arcos centrales. El edificio ha sido restaurado recientemente dejando visibles los elementos conservados de la puerta original, aunque en su apariencia externa se ha preservado las formas y acabados de la obra moderna.

Por su tipología y la semejanza con otras puertas del periodo almohade no cabe sino atribuir ésta a la misma época. Sus paralelos más inmediatos son las puertas del Buey o del Embarcadero de la ciudad de Niebla, en donde el espacio interno está cubierto con bóvedas vaídas y la escalera de acceso a la terraza se aloja en ese lugar, aunque también existen ejemplos con patio descubierto como la puerta de Córdoba en Sevilla o la puerta de Morón en Marchena, por poner solo algunos casos.

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Gavira Berdugo, M. A., “Primeros resultados de la intervención arqueológica en la Puerta del Arquillo, Aznalcázar (Sevilla)”. Actas II Jornadas de Historia sobre la provincia de Sevilla: Aljarafe‐Marismas. Aznalcázar y Villamanrique de la Condesa, 6 y 7 de mayo 2005, Ronda 2005: 133‐141.
  • Márquez Bueno, S., Gurriarán Daza, P. y Martínez Núñez, M. A., Las portadas monumentales de la arquitectura andalusí y mudéjar, II. Dinastías africanas (ss. XII-XIII), Madrid: La Ergástula, 2024.