Bāb al-Rubb

Población: Marrakech
Provincia: Marrakech
País: Marruecos
Coordenadas geográficas: 31.617116 / -7.990922
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: C742


La Bāb al-Rubb se encuentra situada en el ángulo suroeste de la plaza o explanada que se dispuso en el exterior del acceso principal a la qasba almohade de Marrakech, la Bāb Aknāw. Es muy posible que con este mismo nombre existiera otra puerta anterior en el recinto amurallado de la ciudad al que se adosó el de la nueva qasba y que, por tanto, la puerta tuviera que ser trasladada a un nuevo emplazamiento. En todo caso, esta puerta daba acceso a esa explanada desde el campo circundante y constituía un filtro previo para acceder tanto al recinto militar y palatino como a la medina.

La puerta resulta bastante peculiar y actualmente difícil de entender respecto a su funcionamiento primitivo, prestándose a diversas interpretaciones. Como la mayoría de las puertas de la ciudad, constituía un bastión autónomo con un doble acceso, desde el campo y desde el interior del recinto, con puertas independientes en cada uno de ellos. La construcción se compone de un cuerpo prismático de planta rectangular de 17,40 x 14,30 m. Lo que resulta bastante singular es que ambas puertas se abran en la misma dirección, mirando hacia el norte, y que hoy aparezcan una junto a otra sin apenas separación. Además, ambas responden al mismo diseño, tiene similares dimensiones y ninguna de ellas tiene un tratamiento ornamental que la distinga y que permitirá deducir cual es la que daba al exterior de la ciudad, que normalmente sería la más decorada. Presentan arcos ligeramente apuntados, sin prolongación de herradura ni impostas salientes, con un alfiz rectangular y pilastras a cada lado que al parecer remataban en ménsulas hoy casi desaparecidas o muy deformadas.

Solo una observación más detallada nos muestra que la situada más al oeste se encuentra en un plano levemente retrasado respecto de la oriental y que entre ambas existen una serie de protuberancias que parecen indicar que en ese punto entestaba un grueso muro hoy desaparecido. La forma en que ese supuesto muro y otras posibles murallas se unían a la puerta plantea numerosas incógnitas. Actualmente, en su esquina noroeste entesta un muro de dirección aproximada norte-sur que sirve de cierre a la plaza por el lado oeste, que es a todas luces de construcción moderna, aunque veremos que existía otro anterior en similar posición. Por el lado oriental del bastión hay otro muro que incide en él cerca de su esquina sureste y que va a enlazar con la muralla de la qasba. Este muro está perforado por cuatro arcos a través de los cuales transita el tráfico rodado y los viandantes, dando la impresión de ser una antigua muralla perforada modernamente para permitir la circulación. Pero esta situación no permite atribuir cómo funcionaba la puerta en sus orígenes, ya que ambos arcos se abren al mismo espacio interior. Bien es cierto que en la cara del bastión opuesta a la puerta más occidental hay un arco de apertura moderna que permite pasar directamente del exterior al interior de la plaza pero que muestra evidencias de ser fruto de una reforma reciente.

Una de las causas de esta indeterminación viene del hecho de que ambas puertas son prácticamente idénticas y por tanto no puede deducirse a priori cual era el recorrido de acceso al interior de la urbe. Como en casi todas las demás estructuras del recinto amurallado de Marrakech, las restauraciones realizadas que en general han consistido en embadurnar todos los muros con un revoco coloreado uniforme y que redondea las aristas y cubre detalles generando volúmenes informes, no favorece el estudio e interpretación de estas estructuras. Antes de abordar las posibles alternativas es preciso analizar la forma del bastión.

En el interior del volumen general prismático se pueden identificar dos ámbitos, uno en el lado occidental cubierto y otro en el oriental sin cubrición y por tanto con forma de patio. A cada uno de ellos se accede desde el exterior por sendas puertas casi idénticas, aunque varía su anchura; la oriental mide 3,80 m mientras la occidental solo mide 3,50. Cada puerta cuenta con dos arcos paralelos entre los cuales giran los portones de cierre que al estar abiertos quedan enrasados con las jambas; el espacio intermedio se cubre con bóveda de cañón. El espacio principal del lado occidental es de planta cuadrada de 4,50 m de lado y se cubre con una bóveda de arista. Cuenta con arcos en sus cuatro lados, el de acceso al exterior por el norte, el que comunica con el patio al este, otro que forma un nicho en el oeste y otro que comunica con un espacio alargado por el sur. Este último, que en realidad se sitúa bajo la escalera de subida a la terraza, posee tres nichos, el mayor de los cuales en el lado sur fue perforado para abrir un acceso directo entre el exterior y el interior de la ciudad y evitar el doble recodo al que obligaba la estructura original de la puerta.

El espacio que ocupa la parte oriental del bastión es un patio de planta rectangular de 6,90 m de ancho por 9,00 m de largo. En el lado norte tiene una puerta similar a la ya descrita de acceso al ámbito cubierto mientras en el lado oeste está el arco que comunica con dicho espacio. En el lado sur se encuentra la escalera que permite acceder a la terraza del bastión que ocupa todo ese lado, aunque su arranque se realiza en el lado oriental con un primer grupo de seis peldaños que inician la subida en dirección sur. Una pequeña pared con una puerta permite cerrar el acceso a la escalera, aunque este cierre es seguramente tardío. Distintos testimonios permiten saber que la construcción de los muros es de fábrica de mampostería de piedra dispuesta en hiladas alternas con otras de ladrillos, mientras que arcos y bóvedas son de ladrillo.

A la vista de esta disposición interna, queda claro que se trata de una puerta con doble recodo en el recorrido interno. Pero lo que no está claro es en qué sentido se hacía la entrada desde el campo a la ciudad, si accediendo por el arco occidental y girando dos vedes a la izquierda para desembocar por el oriental o si al revés, entrando desde el campo por el oriental y girado a la derecha sucesivamente para penetrar por el occidental a la plaza. Una fotografía aérea de 1917 que hay en la Inspección de Monumentos de Marrakech muestra una situación de los muros distinta de la actual. Aunque el muro que delimita la plaza por el oeste tiene la misma situación que el actual, el límite sur es totalmente distinto: su cierre parte de la esquina noroeste de una torre del recinto de la qasba y se dirige hacia el oeste hasta unirse a otro muro perpendicular que partía del centro del bastión entre las dos puertas. Según esto el acceso a la plaza se producía llegando desde el sur haciendo dos quiebros hacia la izquierda antes de alcanzar la puerta oriental y luego otros dos a la derecha dentro del bastión para salir a la plaza hacia el norte.   

Esta disposición es la que recogen Allain y Deverdun en su estudio de las puertas de Marrakech publicado en 1957 en el que hablan de la reciente apertura del acceso directo por la parte oriental del bastión realizada, al parecer, en 1912. Cabe entender que con posterioridad a la publicación del artículo esta muralla fue demolida construyéndose la que existe actualmente, algo más al sur, perforada por cuatro arcos, dos centrales para el paso de vehículos y dos laterales para peatones. Aunque cabe pensar que este cambio se debió al deseo de permitir una circulación más fluida, desconocemos las razones que llevaron a construir una nueva muralla en su actual emplazamiento y si tal decisión pudo deberse a existir algún vestigio de muralla en ese lugar. Hay que decir que la muralla demolida y la que cerraba la plaza por el lado oeste tenían un espesor insuficiente para contener un adarve en su parte alta y más parecían tapias que murallas propiamente dichas.

La imposibilidad de hacer un análisis de los paramentos del bastión sin los revocos que ahora los enmascaran hace imposible verificar lo que los investigadores franceses sostienen y en todo caso puede ser arriesgado hoy por hoy plantear alternativas, pese a lo cual se propone una posibilidad que tendría ciertos fundamentos y que ya ha sido planeada por Wilbaux. Esta propuesta supondría que la muralla original de cierre de la plaza por el oeste en época almohade pudiera acometer al bastión justo entre sus dos puertas. De ese modo la más occidental sería la exterior que daba al campo mientras que la oriental sería la de acceso a la plaza. A favor de esta hipótesis estaría que la puerta occidental es más ancha que la oriental y por tanto tendría más sentido que fuera la que diera frente al exterior. También hay que pensar que, en la casi totalidad de las puertas, tanto de Marrakech como de Rabat, el primer ámbito dentro del bastión entrando desde el exterior de la ciudad está cubierto y los patios, cuando los hay, ocupan el segundo o tercer lugar en el recorrido interno. Es cierto que hay una excepción en Bāb Dukkāla. Tampoco tiene mucho sentido que la escalera de subida a la terraza se encuentre nada más traspasar la puerta exterior; lo más lógico es situarla en un lugar más retirado ya que es el acceso al que puede ser último reducto de la defensa.

Habría, por tanto, que suponer que el cierre sur de la plaza estaría donde se levantó la muralla que hoy vemos y que quizás se hizo en base a algún vestigio que se desconoce. Esta solución permitiría una mejor visión de la puerta exterior desde el campo, aunque se tratara de una puerta de acceso lateral; la puerta interior tendría también mejor visibilidad en la plaza al no quedar al fondo de un callejón y el bastión podría funcionar mejor como torre de ángulo del recinto pudiendo batir de flanco las dos murallas que a él acometían.

 

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Allain, C. y Deverdun, G., "Les portes anciennes de Marrakech", Hespéris, 44 (1957): 85-126.
  • Deverdun, G., Marrakech des origines à 1912. Rabat: Editions Techniques Nord-Africaines, 1957.
  • Marcos Cobaleda, M., Los almorávides. Arquitectura de un imperio. Granada: Editorial Universidad de Granada, 2015.
  • Triki, H., "Marrakech: Retrato histórico de una metrópolis medieval. (Siglos XI-XIII)", en R. López Guzmán (coord.), La arquitectura del Islam occidental, pp. 93-106. Barcelona: Lunwerg, 1995.
  • Villalba Sola, D., La senda de los almohades: arquitectura y patrimonio. Granada: Editorial Universidad de Granada, 2015.
  • Wilbaux, Q., La médina de Marrakech: formation des espaces urbains d'une ancienne capitale du Maroc. París: L’Harmattan, 2001.