Puerta de la Qasba

Población: Túnez
Provincia:
País: Túnez
Coordenadas geográficas: 36.796118 / 10.164655
Tipología: arquitectura militar
Nº inventario: 615


Puerta de la qasba de Túnez

La qasba de la ciudad de Túnez, agregada por los almohades al recinto de la medina en su lado occidental, lugar más prominente del lugar, quedó prácticamente destruida en los años cincuenta del siglo XX tras la independencia del país. Los deseos de romper con el pasado reciente provocaron una fiebre renovadora que arrasó casi todo vestigio de un lugar muy vinculado al pasado colonial, aunque sus orígenes fueran muy anteriores. Pese a ello, este sitio ha seguido siendo un lugar identificado como sede del poder, aunque hoy con otras construcciones y otros símbolos. De las estructuras medievales solo se conserva la mezquita y parte de la puerta que permitía el acceso a la qasba desde el exterior de la ciudad por el frente oeste. Lo que hoy se conserva puede identificarse con lo que sería aproximadamente la mitad de la estructura original que quedó cercenada por la apertura de la actual calle del 2 de Marzo que recorre el solar del antiguo recinto y hoy bordea por el sur la gran plaza de la Kasbah que ocupa la mayor parte de su solar original.

La estructura de la puerta formaba un gran prisma construido con obra de tapia en su mayor parte y con obra de cantería en los arcos y de ladrillo en las bóvedas. Lo que actualmente se conserva, que como ya se ha dicho debe corresponder a la mitad de la estructura original, era la parte más interior de la puerta, que está formada por un espacio cuadrado cubierto con bóveda de arista, con aperturas en dos de los lados que son contiguos. Una de ellas, la que da hacia el norte, comunicaba con la parte desaparecida mientras la otra permitía el acceso al interior de la qasba a través de un arco que se cerraba con hojas de puerta.

Para conocer como se completaba esta estructura y al no conservarse nada más de ella, debemos acudir a planimetría histórica, que de todos modos resulta muy escasa y poco detallada. Lo que nos indican los planos de la ciudad del siglo XIX es que la qasba contó con un recinto amurallado de forma rectangular que se enlazaba con el de la medina y con los de los dos arrabales que se extendían al norte y al sur de esta. De este rectángulo salía hacia el oeste una larga protuberancia que se remataba mediante dos baluartes pentagonales con muy escasa separación y entre los que se debía abrir la puerta que analizamos. De esos baluartes sólo se conserva el del lado sur, así como la muralla que lo enlazaba con el recinto rectangular de la qasba, que debe ser al menos en parte obra medieval. El baluarte que se conserva tiene la forma típica de las fortificaciones artilleras del siglo XVI y por su tipología, se puede pensar que formó parte de las defensas construidas durante el periodo en que Túnez formó parte de los dominios de la Monarquía Hispánica tras su conquista por el emperador Carlos V en 1535. Todo apunta a pensar que la primitiva puerta almohade, de doble recodo, se reforzó con los dos baluartes dejándola encerrada en el estrecho espacio que se dejó entre ellos. Además, los rellenos terrizos que completaban la parte interior de los baluartes enterraron prácticamente la obra almohade, dejando solo visibles las puertas exterior e interior de la obra medieval. Aunque lo que queda de ella hoy se ve en gran medida exenta, esto se debe a la eliminación del mencionado relleno efectuada en los años setenta del siglo pasado y que ha dejado el muro del baluarte prácticamente exento sin el terraplén interior propio de este tipo de fortificación.

Teniendo todo esto en cuenta, podemos pensar que la parte desaparecida fue simétrica a la que se conserva, salvo que la puerta de acceso desde el exterior se abría en dirección contraria a como lo hace la que da paso al interior del recinto. En suma, se trataría de una estructura muy semejante a la de la cercana Bab al-Ŷadid de la medina. No sabemos si en esta puerta de la qasba pudo haber un espacio adicional, a modo de cuerpo de guardia, en el lado opuesto al de la parte conservada, como posee la puerta indicada. Tampoco sabemos si en la parte desaparecida el espacio interno estuvo también abovedado o si sería un patio como ocurre en la puerta de la medina. La presencia de una ventana abierta en la sala alta hacia esa dirección nos permite suponer que efectivamente pudo tratarse de un espacio abierto y no cubierto, aunque lo muy retocado que está ese frente norte de la obra conservada no nos permite afirmarlo con rotundidad. Como puede verse en el plano de hipótesis, los baluartes modernos no hicieron sino reforzar y proteger la antigua puerta medieval, aunque no sabemos si mantendría el acceso con doble recodo o si se abriría un paso directo perforando el muro frente a la puerta exterior. Esta hipótesis nos permite suponer que la obra original tuvo una disposición muy característica de las obras almohades, y aunque su datación es incierta, nos permite suponer que formó parte de la primitiva estructura de la qasba almohade.

Un análisis más detallado de la obra conservada permite comprobar y resaltar algunos aspectos interesantes. Como ya se ha indicado, el cuerpo de la construcción es de tapia como puede apreciarse en los lados sur y oeste que eran frentes externos de la fortificación. Estos paramentos se conservan en buen estado pues quedaron enterrados por el terraplén interno del baluarte del siglo XVI y solo volvieron a liberarse en el siglo XX. Los paramentos interiores son actualmente de mampostería, pero no puede asegurarse que sean originales ya que sus fábricas están muy retocadas en restauraciones recientes y podría tratarse de simples forros de reparación de la primitiva obra de tapia. Algo parecido cabe decir del frente oriental cuyo paramento de sillarejo que acompaña al arco de la puerta interior está igualmente muy restaurado. Esta puerta parece asimismo haber sufrido importantes transformaciones empezando por el hecho de que sus hojas de cierre, tal y como ahora se presenta, se accionaban desde el interior de la qasba y no desde el interior de la puerta como suelo ser habitual en las obras almohades. Arcos y jambas presentan aspecto de haber sufrido retoques importantes, seguramente a raíz de cambiar la situación y disposición de las hojas al colocarlas como suele ser habitual en obras cristianas, modificación que se puede observar en muchos otros lugares. Es posible que este cambio se produjera a la vez que se reforzó la puerta con los baluartes para artillería.

El frente que da hacia donde estuvo la parte de la estructura desaparecida presenta igualmente aspecto de haberse retocado en restauraciones recientes. No obstante, se puede vislumbrar que los muros se prolongaban en la dirección norte confirmando la hipótesis de que lo conservado es solo parte de la estructura original. El arco, o más bien bóveda, que existe en este lado no presenta jambas y mochetas para colocación de hojas de carpintería, lo que igualmente apoya la hipótesis de que la puerta de acceso desde el exterior estuvo en otro lugar. Tanto en este frente como en el del lado oriental hay una ventana que da luz a una sala alta dispuesta sobre el espacio de la planta baja. En fotografías del año 2003 se aprecia que esa sala alta estuvo cubierta con una bóveda de arista. Pero lo que revelan esas fotos es que las bóvedas se construyeron con una técnica muy distinta a la utilizada en la restauración reciente, que ha destruido además todo vestigio de la solución original. Lo que se aprecia en esas fotos es que, tras una serie de hiladas de ladrillo dispuestas horizontalmente, la bóveda se realizó con la técnica de hojas de ladrillos dispuestas verticalmente y que se van adosando unas a otras partiendo del muro al que entesta la bóveda. Aunque ya no es posible comprobarlo, muy probablemente los ladrillos estuvieron ligados con yeso. Este modo de construir bóvedas, ya presente en el Egipto faraónico y muy frecuente en oriente medio, aparece en al-Andalus, en casos muy aislados, en un periodo poco posterior al de esta obra y podría ponerse en relación con otra técnica, la de las bóvedas tabicadas, que también llega al occidente musulmán en este periodo. Es una gran lástima que este testimonio haya quedado destruido en la restauración realizada de las bóvedas que hoy tienen una forma constructiva totalmente distinta de la original.

Antonio Almagro


Bibliografía:
  • Abidi-Belhadj, Beya. (2022). "Transforming and Interpreting the Kasbah: The Negotiation of Centrality in Tunis". Historical Social Research, 47(2), 255-274.