La puerta del Temple está situada en la zona sureste del recinto de la alcazaba de Elvas, que se ubica en la parte más elevada de la población. Se trata de una pequeña puerta con entrada en recodo y acceso lateral, que además cuenta con una pequeña torre que refuerza la esquina y oculta el arco de la puerta a quien se aproxima al lugar. El frente de esta torre queda visible en el alzado de la calle, con un remate almenado sin duda moderno. El actual nombre de puerta del Temple parece provenir de su cercanía a ciertos inmuebles donados a la orden del Temple en las cercanías de este lugar.
Actualmente la puerta ha quedado embebida en construcciones modernas del palacio de los Mesquita Pimentel y en su sustitución se abrió en el lienzo contiguo de la muralla un arco denominado de Santa Clara, que permite un acceso directo. A la derecha de este arco, detrás de una tapia dotada de una puerta con reja, se puede ver el arco de la antigua puerta. La puerta forma un pequeño bastión adosado por la parte exterior de la muralla y contaba con doble puerta, una hacia el exterior y otra en la propia línea de la muralla, quedando entre ambas un pequeño patio de 3,35 x 3,50 m. El arco de la puerta exterior, que solo conserva la fábrica original de las jambas con las impostas y los arranques parece que era de medio punto prolongado formando herradura. Disponía de un sencillo alfiz del que se conserva el arranque en la parte inferior de las impostas. Lo perdido de su parte superior se ha reconstruido de forma un tanto torpe al darle una forma rebajada que desfigura la elegancia del diseño. Lo conservado está ejecutado con sillares de granito bien aparejados.
Tras este arco hay otro paralelo que delimita el espacio dispuesto para el giro de los portones de cierre de la puerta. No se sabe si el ámbito interior que sigue a la puerta estuvo cubierto o si sería un patio descubierto como en las puertas del Capitel y del Alpendiz de la cercana alcazaba de Badajoz. Según se entra, a mano izquierda. Existe otra puerta similar a la anterior por la que se pasaba al interior de la alcazaba y que también disponía de portones de cierre para permitir a la guardia permanecer aislada dentro del bastión.
Por su tipología y por su semejanza a las mencionadas puertas de Badajoz, se considera que esta puerta pudo levantarse en época almohade, aunque se carece de evidencias arqueológicas que lo refrenden.
Antonio Almagro