Este hammam está situado en la zona baja de la población y corresponde al modelo conocido como rural, formado por tres salas o espacios alargados dispuestos en paralelo y con alhanías o pequeños espacios acotados por arquerías de doble vano en los dos extremos. El acceso se realiza por la dependencia situada más al sureste, que es también la más larga y que corresponde a la sala fría. No hay constancia de que haya existido una sala de reposo y vestuario anterior a esta. No obstante, la forma actual del arco de entrada, tratado como portada con alfiz, no parece ser original sino producto de una restauración. Las alhanías, tanto de esta sala como de la otras dos están marcada con un doble arco de ladrillo soportado en sus apoyos en fustes cilíndricos que sostienen impostas de nacelas. Todo parece fruto de la restauración. Un hueco con arco situado fuera del eje del edificio da paso al siguiente espacio.
La sala templada tiene similar disposición aunque es un poco más corta pero algo más ancha que las demás. Otra puerta, también descentrada respecto al eje pero en la dirección opuesta, da paso a la sala caliente de longitud semejante a la anterior pero de anchura similar a la fría. En el muro noroeste hay un arco, hoy tapiado a escasa distancia de su frente, que debía comunicar con el espacio del hogar y la caldera de calentamiento del agua. La parte correspondiente a esos servicios ha desaparecido al ocupar su espacio otras construcciones. En el lado noroeste de la alhanía noreste, un arco da paso a un pequeño espacio satélite que contiene la pila de agua caliente de la que se tomaría el líquido para derramarlo en el suelo, bajo el cual debe estar el hipocausto conectado con el hogar. El agua así derramada generaba el vapor necesario para el funcionamiento del baño. En esta sala se conserva un trozo de fuste, al parecer original, de sostén de los arcos de la alhanía noreste. Lucernas cuadradas distribuidas irregularmente por las bóvedas iluminan todas las salas.
Antonio Almagro